lunes, noviembre 25, 2024
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Bromas las justas

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Con esa expresión tan gráfica de «bromas las justas», el candidato del Partido Popular a la Generalitat de Cataluña, Xabi García Albiol, plasmaba fantásticamente lo que estoy seguro que piensan un buen número de catalanes y la mayoría de los españoles sobre la mordida del partido mayoritario de Cataluña, Convergencia Democrática, a algunos de los empresarios y empresas catalanas allí asentadas.

Es curioso que ante la petición de un juez para que intervenga la Guardia Civil en el registro de la sede convergente en Barcelona, los miembros de ese partido, con poca vergüenza torera, hayan echado la culpa de lo que les pasa a la Benemérita, a la justicia española, al Gobierno del Partido Popular y a todo bicho viviente que se mueva a la sombra del toro de Osborne.

Pero harían muy bien los dirigentes convergentes, con Artur Más a la cabeza, de recordar a toda esa sociedad catalana a la que están engañando y manipulando, que fueron precisamente sus compañeros de lista electoral de «Juntos por el sí». Son los republicanos de Esquerra, que curiosamente están muy calladitos y mirando hacia otro sitio en estos momentos, quienes pusieron precisamente las primeras denuncias ante esos mismos jueces que ahora detestan y critican sus actuaciones. Lo hicieron a raíz de la denuncia de otro izquierdista como Pascual Maragall en sede parlamentaria autonómica con motivo de hacer público que los dirigentes de Convergencia colocaban un impuesto revolucionario del tres por ciento como mínimo para llenar las arcas convergentes a toda empresa constructora que quisiera optar a construir  en la «arcadia» gobernada por los piratas de Convergencia.

Las pruebas de dichas mordidas publicadas estos días por parte de un periódico nacional no han hecho más que demostrar lo que todos sabíamos y además era «vox populi» en Cataluña. Pero el efecto de esas publicaciones, unido al registro de la sede de Convergencia por mandato judicial, hemos comprobado que no ha inmutado lo más mínimo a los dirigentes-piratas convergentes, quienes han pasado de gritar a los cuatro vientos España nos roba, por España nos machaca por querer ser independientes.

Y todo ello, porque según ellos, esto ocurre por pedir legítimamente una elecciones plebiscitarias para a continuación de abrir las urnas, en caso de que ganasen sus tesis soberanistas, declarar la independencia de Cataluña rompiendo la actual nación española que conocemos. En otras palabras, intentar realizar lo que el dirigente socialista Alfonso Guerra ha venido en llamar como un golpe de estado a cámara lenta.

Tras los registros efectuados en la sede de Convergencia hemos comprobado todos los españoles como lo que han puesto en marcha desde las maquinarias de las filas nacionalistas catalanas ha sido de nuevo engrasar el tan manido recurso victimista nacionalista, tan conocido en tierras catalanas como vascas intentando tapar lo que es evidente, que no es otra cosa que el saqueo a sectores de Cataluña proveniente del Gobierno catalán y de su partido político Convergencia, en una serie de delitos de corrupción que toca a toda la cúpula-familias más notables de ese partido político.

Por todo ello, tal vez algunos empiecen a entender la jugada de Mas, escondiéndose en el cuarto puesto de la listas secesionista y utilizando a tontos útiles para que le hagan el trabajo, ya que de todas formas para muchos de los nacionalistas separatistas catalanes esto de la corrupción y las mordidas es una pecata minuta y en el mejor de los casos una confabulación creada por los españoles para que no haya una Cataluña independiente…. Lo malo y lo bueno es que en este país nos conocemos todos.

Carlos Iturgaiz

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