AL LORO
Así llaman en los partidos constitucionalistas al voto independentista. Mayoría de hierro. Voto firme, consolidado, de gente que va a votar caiga quien caiga y aunque se ceben en ellas las desgracias. Voto asegurado, quizá por eso el CIS ha dado al independentismo la mayoría absoluta si a los del “Juntos por el sí” se suman los de la CUP. Hablamos de escaños, porque que la mayoría de voto ciudadano independentista está en cambio muy alejado de ese objetivo. Por eso Artur Mas hacía las cuentas pensando en escaños, no en la suma de votos de quienes no quieren ni oír hablar de independencia, que son bastantes más de los que pretenden separarse de España. Estos últimos acudirán en masa con su voto de hierro no solo a las urnas, sino también a la Diada.
Los perdedores según el CIS inician la campaña con el objetivo de movilizar a los suyos, de empujarlos para que acudan a las urnas. Que se quiten de encima complejos y miedos y acudan a los colegios electorales con la cabeza bien alta, aunque muchos de ellos han sufrido presiones insoportables para intentar que firmaran manifiestos con los que no estaban de acuerdo. Son multitud los catalanes que cuentan su peripecia personal en ese sentido, pero si han resistido hasta ahora, la mejor manera de contribuir a que de una vez por todas se pase página al chantaje de Mas y sus acólitos, es ir a votar en contra de los que claman por una Cataluña desgajada de España. El CIS, por cierto, tiene un prestigio muy consolidado, pero se le puede vencer: en las últimas autonómicas no acertó en sus pronósticos. Los independentistas no llegaron ni de lejos a los escaños que auguraba ese organismo.
Contribuir a que de una vez por todas se pase página al chantaje de Mas y sus acólitos, es ir a votar en contra de los que claman por una Cataluña desgajada de España
Es tan agobiante la presión social hacia los no nacionalistas, que un relevante catalán que conoce bien el paño daba un toque de alerta: la noche electoral más vale no hacer mucho caso a las “israelitas”, los sondeos realizados a pie de urna, cuando los ciudadanos acaban de depositar su voto. Los que no han votado por los independentistas se guardarán muy mucho de reconocerlo, y darán la callada por respuesta a los encuestadores; incluso dirán que han votado a “Juntos por el sí”, por si alguien escucha su respuesta.
Es curioso el espectáculo que están dando los componentes de esa lista elaborada por Mas y Junqueras a cara de perro. Artur Mas va de 4 aunque es el candidato in pectore a la presidencia de la Generalitat, y Romeva es el número 1 que aspira a ser president pero no cuenta con el respaldo de sus compañeros. Están a tortas todos ellos. Romeva no quiere ir a los debates electorales excepto a los de TV3, donde hay posibilidad de que el moderador impida que atraviese una situación incómoda si sus adversarios le hacen preguntas insidiosas. Por ejemplo, sobre el 3 por ciento; o sobre la gestión de Mas.
Romeva no tiene la menor intención de dar la cara por un Mas por el que no siente ningún aprecio personal ni político, así que está acudiendo a los debates Germá Bel, que fue el economista de cabecera del PSC hasta que decidió dejar ese partido porque no se cumplían sus perspectivas de salir catapultado hacia la fama. Pensaba que tendría mejor futuro en CiU. Pues según el CIS, quizá sí. Aunque a CiU le falta la U de Unió y Artur Mas ha hecho panda con Esquerra y otros.
La política, ya se sabe, hace extraños compañeros de cama.
PS. Ha muerto Alberto Schommer. No solo era un fotógrafo excepcional, sino un hombre fuera de lo común, amigo entrañable, de una calidez personal que se da pocas veces. Estaba enfermo desde hacía meses, pero su mal era más profundo que la enfermedad desde que perdió a su mujer, Merche. Descanse en paz después de tantos años de trabajo minucioso y vivir intensamente.
Pilar Cernuda