Dos recuerdos van a quedar de la última entrevista concedida por Mariano Rajoy (Antena 3). El más útil es el anuncio de que las elecciones legislativas serán el próximo 20 de diciembre. Lo más comentando es el desdén con el que el Presidente contestó a las preguntas de Gloria Lomana sobre el comunicado en el que el expresidente José María Aznar alertaba acerca de lo que él cree que está haciendo mal el PP. «Yo a la gente le hablo a la cara no mediante comunicados», respondió un Rajoy inopinadamente tenso.
Sabíamos que entre ambos personajes hace tiempo que no hay buen rollo, pero hasta ayer, Rajoy siempre había tratado de disimularlo.
A lo que parece, debe estar harto y ya no lo oculta. Aznar, a través del comunicado de FAES criticaba la estrategia seguida por los populares en Cataluña, subrayaba los malos resultados obtenidos por el partido –«El peor escenario posible»– olvidando que en las autonómicas de 1999, el PP obtuvo 12 escaños (perdió cinco), es decir solo uno más de los 11 conseguidos el pasado 27 de Septiembre.
En aquél año de 1999, José María Aznar presidía el Gobierno de España. Ya se sabe que la memoria es frágil y el paso del tiempo tiende a oscurecer datos y situaciones. El caso es que por aquél entonces el mismo Aznar que ahora critica con dureza (y con razón) la deriva secesionista de Convergencia estaba a partir un piñón con Jordi Pujol, el «padre fundador » de la cosa.
La letra pequeña del «Pacte del Majèstic» firmado entre Aznar y Pujol en presencia de Rato y Durán Lleida le habría dado a Mariano Rajoy carne para contestar con dureza a su otrora mentor. No lo hizo. Optó por el desdén, pero fue el único momento de la entrevista en el que se le notó tenso. Fuera de su habitual flema galaica. Por lo demás, la entrevista fue instructiva: ya sabemos el discurso que nos espera en boca de los populares de aquí al 20D. Menos mal que poco después, será Navidad.
Fermín Bocos