Tras el cierre de las urnas de las Elecciones Generales celebradas en España el pasado 20 de diciembre, la radiografía y el resumen de los resultados que se han producido el domingo pasado deja el siguiente panorama político en nuestro país.
El Partido Popular gana las elecciones al Congreso de los Diputados perdiendo claramente la mayoría absoluta que cosechó hace cuatro años. Pero aún así, sacando más de treinta escaños al segundo partido y más de seis puntos porcentuales, y a la vez manteniendo esa mayoría absoluta en el Senado donde el bipartidismo anterior se consolida con fuerza en la Cámara Alta.
El PSOE queda como segunda fuerza perdiendo veinte escaños y obteniendo el peor resultado de la historia de los socialistas en nuestra actual democracia. Sorprende el discurso de la noche electoral de Pedro Sánchez diciendo «los socialistas hemos hecho historia», sin duda alguna en una cosa tiene razón el señor Sánchez. Ha sido histórico el hundimiento en el resultado obtenido por las huestes de Pedro Sánchez.
El PSOE queda como segunda fuerza perdiendo veinte escaños y obteniendo el peor resultado de la historia de los socialistas en nuestra actual democracia
Podemos irrumpe con fuerza alcanzando el tercer puesto. El partido radical y extremista se coloca así a menos de dos puntos porcentuales de los socialistas, pero a la vez con el sabor amargo de no haber podido ser el referente de las izquierdas sobrepasando a los socialistas como les hicieron albergar esperanzas algunas encuestas pocos días antes de los comicios.
Como cuarta fuerza politica, y lejos de las cifras que les daban algunos sondeos, aparece Ciudadadanos. Curiosamente fracasando en Cataluña donde el partido de Albert Rivera se ve relegado a una sorpresiva y desilusionante quinta posición.
Izquierda Unida sólo con dos escaños perdió su grupo parlamentario, y UPyD desaparece del mapa político español como estaba previsto en todas las encuestas después que las erroneas decisiones de Rosa Díez defenestraran el partido magenta.
Entre los partidos nacionalistas, a años luz en número de diputados de los cuatro primeros partidos, destaca Esquerra Republicana de Cataluña que sobrepasa a la antigua Convergencia dejando una nueva vez más a Artur Mas con otro fracaso electoral desde que puso en marcha la operación de romper con España y llevar a Cataluña hacia el precipicio secesionista.
El PNV se mantiene en escaños pero es derrotado en votos por Podemos en su caserío vasco, mientras que los proetarras de Bildu se desmoronan porque prestan sus votos a Podemos, pensando que es el partido que mejor puede dañar a España desde una mayoría significante de escaños y de paso celebrar, como así han anunciado los de Pablo Iglesias, un referendum en Cataluña y Euskadi para poder conseguir la independencia. Finalmente los nacionalistas canarios pierden la mitad de sus escaños y Unió se queda sin representación dejando a Durán Lleida en la cuerda floja y al partido catalán inmerso en una profunda crisis de supervivencia.
Así las cosas, con este panorama que los españoles hemos votado y diseñado, se abre un periodo de incertidumbre política nacional como nunca había existido en la actual democracia española, y lo digo porque a partir de ahora sabremos si la política y los políticos de nuestro país pueden administrar este periodo al estilo italiano, donde el caos político se mezcla con la incertidumbre y a la vez con difíciles y extraños pactos o acuerdos que pueden dejar con la boca abierta a analistas políticos y a la sociedad en general.
A la vez que la sombra de lo que ocurrió en las últimas elecciones portuguesas planea sobre el mapa político español, donde como recordaremos, el partido de centro derecha luso vencedor fué desalojado del poder por una confluencia de partidos de izquierdas sin programas comunes pero con el único objetivo de desbancar a la derecha del Gobierno portugués. Eso es lo que aquí en España se llama la vuelta del Frente Popular y que empieza a tomar cuajo.
A partir de aquí veremos en los próximos días las tendencias de unos y otros al respecto y tendremos tiempo en poder analizarlo, pero de momento tengo la sensación de que hemos perdido todos los españoles con este panorama político que se avecina en nuestro país.
Carlos Iturgaiz