Ensalada de encuestas para desayunar el lunes. Para todos los gustos y colores. Así que cada cual se quede con su verdura y la aderece como quiera y a su gusto con las correspondientes dosis de aceite, sal y vinagre. En resumen, que a la cocina del preparador se une luego la del destinatario del plato, con lo que ya no solo es que haya absolutas divergencias entre los chefs demoscópicos sino que estas luego aún se acrecientan entre quienes les interpretan el plato. O sea, una madeja de líos donde es muy difícil distinguir lo que hay de materia prima y lo que viene de atrezzo en cada cocido.
Por eso en el garbanzo en el que uno se fija es uno mas sencillo y que responde a la pregunta que no se ha planteado en ningún sondeo pero que, a mi humilde parecer, resulta ser la verdadera chicha del guiso ¿Quién teme a la urna?. ¿Qué líderes y que partidos se tientan la ropa y cuales desean que sea un hecho la convocatoria de elecciones, aunque todos digan que es malo y fracaso?
La actitud de Podemos es ya de movilización electoral
La suposición opinática general, salvo excepciones contadas y algún sondeo que lleva la contraria, es que el pato lo va a pagar Podemos. Yo soy de los que lo duda. Por precedentes, por actitud y por posibilidades de alianzas. Los precedentes son claros, las encuestas también les auguraban desinfles los meses antes al 20 D. Su actitud, para quien quiere verla, y mas allá de sus crisis y peleas de poder, es ya de movilización electoral. Basta con ver los tuits y el argumentario. Si no ha habido gobierno de izquierdas es porque al PSOE no le ha dado la gana y quería tan solo los votos pero a Podemos fuera del poder y de las decisiones. El corte de Echenique a Hernando ha sido serrano. Que se dejaran de teatro, que ellos saben mucho de escenarios. Que se acabó lo del PSOE de dueño, amo y señor de la izquierda y ellos de criados. Y eso era antes, que ahora con casi los mismo votos no vale. Que son más si se suman los de IU. Y esa es la madre del cordero. Porque ahí esta la jugada y el sorpasso. En ello están Pablo Iglesias y Garzón. Y en ello el pavor de Sánchez
Porque quien le tiene ahora más miedo a las urnas es Sánchez y su sanedrín de Ferraz. La interminable pantomima del YO PRESIDENTE está disolviéndose como un azucarillo y por mucho que le jaleen sus voceros, que dicen que Pedro ha «crecido» no se cuantos metros, ahora se va a ver una realidad muy diferente, una imagen de obsesión y de derrota, una verdad que emerge entre tanta farfolla. La corriente empieza a notarse. Si se sabe leer, incluso ya emerge entre la broza y asoma las orejas por las encuestas. A Sánchez le van a pasar muchas facturas al mismo tiempo. A los suyos, y se les nota hasta en lo que escriben y ya no te digo en la carita, no les llega la camisa al cuerpo. Hasta al propio Pedro se le ha avinagrado el rictus y es bastante menos «guapo» que hace un mes tan solo cuando era El Encomendado. Me lo dijo hace años un ministro saliente tras derrota en urnas. «Al pasar a ex bajas un palmo de estatura y ya no tienes ojos azules». Pues caer a ex, sin haber sido en realidad nada, debe hacer más pupa todavía.
De los tres tenores nuevos quien todos dicen que va a salir airoso es Rivera. En eso coinciden los sondeos. Ha aparentado muy bien ser quien se esforzaba en acuerdos y en desbloquear vetos, aunque el suyo ad hominen y de innecesaria escenificación con Rajoy, sobraba. Ciudadanos va a subir mucho, se proclama, y ellos están más que convencidos y contentos. Desde luego no se encuentran los que temen a las urnas. Pero a lo mejor debieran. Porque a ellos lo que se le dan bien son las encuestas. De siempre. Mucho mejor que las campañas y los resultados finales. Ya les ha pasado dos veces. Y espera a ver esa subida que ya algunos atemperan y a ver esos votos venidos de la derecha lo que piensan de su encolleramiento con Sánchez. A ver si lo que llega es otro disgusto por volverse a poner estupendos.
¿Y el PP?. Pues resulta que los «callados», por que no solo es que no los quisieran invitar a ninguna de las bodas es que ni siquiera les dejaban llevar vela en su propio entierro al que debían contribuir suicidándose, esperan sacar rédito de su silencio entre tanta algarabía. Desde que fueron, a pesar de haber ganado, declarados apestados solo tenían en realidad la expectativa de volver a las urnas y que los votos les alivien de sus lepras. Que puede que algo le hagan, sí, pero los costrones que llevan a cuestan necesitan cirugía y desinfección a fondo. Eso con urnas o sin urnas es mas que la gran asignatura pendiente. Es el suspenso que les aplasta la nota.
Antonio Pérez Henares