Coincidiendo con la presentación del Programa de Estabilidad (grandes previsiones de base para elaborar luego los Presupuestos Generales del Estado), que este viernes salen del Consejo de Ministros, vale la pena dedicar un turno, aunque sea fugaz, a rastrear en esas cifras el efecto que sobre ese Programa puede haber tenido la interinidad del Gobierno, que lleva cuatro meses en funciones y seguirá así al menos cuatro meses más.
Es un lugar común que el vacío de poder frena la marcha de la economía, paraliza las inversiones y genera desconfianza en los mercados. Pero eso no parece estar tan claro.
La provisionalidad del Gobierno es una malísima noticia para la buena marcha de la economía nacional
En los últimos días he tenido ocasión de acumular ciencia propia sobre el asunto escuchando las autorizadísimas voces del presidente de los empresarios, Joan Rosell; el ministro de Economía, Luis de Guindos, y el consejero delegado del Banco Santander, José Antonio Álvarez. Aunque con matices, los tres, en distintos foros, coinciden en restar dramatismo a lo que parece instalado en la opinión pública como un lugar común: la provisionalidad del Gobierno es una malísima noticia para la buena marcha de la economía nacional.
El presidente de la CEOE sostiene que la incertidumbre política no está frenando la actividad económica. Ni, en concreto, la empresarial, si exceptuamos aquellas empresas con una excesiva dependencia del sector público, pues sus cuentas de resultados están muy vinculadas a las concesiones de la Administración central, la autonómica o la municipal. Y aún así, se espera un retorno a la normalidad del gasto en los ayuntamientos, después de un ejercicio marcado por las restricciones presupuestarias y el esfuerzo de los entes municipales para lograr el objetivo del déficit cero.
Por su parte, el ministro de Economía, Luis de Guindos, explicó este jueves en los desayunos de Europa Press que las grandes amenazas sobre la marcha de la economía nacional no vienen del vacío de poder en nuestro patio político sino de una situación económica internacional que nos hace «económicamente muy vulnerables». Y en cuanto a las inversiones, también niega el extendido diagnóstico de que están sufriendo una paralización a causa de la incertidumbre política. «En todo caso, sólo en el sector inmobiliario. Pero no en el de la economía más competitiva, la de las manifacturas».
Finalmente, el consejero delegado de la mayor entidad bancaria de la Unión Europea, el Banco Santander, José Antonio Álvarez, acaba de declarar públicamente que la repetición de las elecciones no afectará a la economía real en España. «No vemos señales de desaceleración, si bien puede afectar a decisiones puntuales de inversión, no sobre la actividad».
El que no se consuela es porque no quiere. Dicho sea para los profetas de los siete males de la interinidad politica en el terreno económico.
Antonio Casado