domingo, noviembre 24, 2024
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Tim Howarth: el compositor y el proceso

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Tim Howarth lleva más de veinte años componiendo y grabando música. Su trabajo ha formado parte de películas, anuncios y de cientos de otros proyectos. En su página web puedes encontrar mucha más información sobre él, eso si consigues pasar las teclas que aparecen en su pantalla inicial y que identifican algunos de sus trabajos. Y entonces, ¿cómo se convierte uno  en compositor?

Sentados en un ático a medio camino de una de las colinas características de la tan de moda ciudad de Brighton, y rodeados de una variada colección de instrumentos, equipos de grabación, un ordenador, cientos de cables y su amada Akai, Tim me cuenta su historia entre graznidos de gaviotas. Enseguida puntualiza que, aunque puede tocar los instrumentos de manera convencional, prefiere usarlos para crear la amplia y variada gama de sonidos necesarios para sus composiciones. La triangular balalaika rusa posa sobre un pequeño tambor caribeño de acero. ¿O era el banjo? No parece haber ningún orden; solo la habilidad de Tim para elegir lo correcto, probar el sonido y utilizarlo. Es un método maravillosamente poco ortodoxo para componer. A sus 51 años, el camino para convertirse en un compositor profesional es parte de un proceso igualmente inusual. Tim es un hippy con una ética/moral laboral.

En su adolescencia, a principios de los ochenta, empezó a aprender solo a tocar una guitarra española con cuerdas de acero.Tim-Live-2 Las horas invertidas luchando contra un mástil que se torcía hubieran hecho tirar la toalla  a muchos guitarristas principiantes después de unos pocos meses, pero cuando consiguió finalmente tocar una con cuerdas adecuadas, su nivel de destreza superó, como era de esperar, el estancamiento producido por la 'bastarda' española.

Las influencias de Howarth en aquellos años no eran las bandas post punk como Joy Division o Pil. Los temas más melódicos y bastante acústicos de Pink Floyd o Led Zeppelin eran los que realmente le ponían. Hacía sesiones improvisadas con amigos, fumaba porros y disfrutaba con su hobby, sin pensar en que años más tarde se convertiría en su auténtica vocación

Estudió en la Escuela de Arte de Bath y focalizó su creatividad en cerámica y alfarería. ¿Se estaría dando cuenta entonces de que el proceso de transformar un material bruto en un objeto bonito y de utilidad, estaba sirviendo también en parte de entrenamiento para algo más? Lo que sí aprendió tocando por las calles y con amigos en Bath fue que no tenía ni la voz ni el deseo de ser el centro de atención. ¿Cómo encontró entonces la manera de vivir de la música?

A los 25 años había terminado la universidad y se encontró mezclando cemento en obras de edificios. No exactamente donde uno esperaría encontrar un joven compositor o ceramista con talento. Sin embargo, ahí fue donde aprendió a ser normal.  Trabajó en un ámbito de labor repetitiva y física. Su plan era ahorrar dinero para ver Mundo. Pero la urgencia de trabajar en música venció a su deseo de viajar. 

Se mudó a Brighton  y convenció al dueño de un estudio local de ensayos para que le diera empleo utilizando un plan laboral del gobierno, proporcionando así al manager una nueva vida por las tardes a coste cero. Tim podría ahora poner sus manos en nuevos juguetes. Montó amplificadores y demás sistemas de sonido para  grupos. Su propia ‘four track recorder’ (grabadora de cuatro pistas) aumentó de nivel. Durante sus dos años en Grapevine Studios trabajó junto a bandas como Primal Scream y The Levellers. Aprendió una multitud de técnicas de grabación, que más tarde le resultarían fundamentales como compositor. Hizo uso del estudio para coger sus propias canciones y grabarlas utilizando tantos métodos e instrumentos como le fue posible. Había además invertido dinero en un ordenador Amiga, lo que le permitió componer usando programas de secuencia con tecnología MIDI. MIDI permite la posibilidad de reproducir múltiples instrumentos desde un teclado. De repente, cualquiera podía crear composiciones complejas en su propia habitación sin ningún conocimiento formal o formación en lenguaje musical.

Tim-Studio-1

Tim tenía la experiencia adquirida en el estudio, las herramientas en casa y una continua pasión por hacer música. El siguiente paso era saber cómo unir todo para vivir de ello.  Solo se puede llegar a un punto sin ninguna ayuda. La solución llegó al matricularse en el curso sobre Música para los Medios de Comunicación de Guy Mitchelmore, diseñado para formar a compositores para televisión, cine y videojuegos. A través de sus contactos y amigos de Brighton, el trabajo comenzó a llegar poco a poco. A lo largo de los últimos 20 años, la ciudad se ha convertido en un imán para artistas jóvenes, músicos y otros tipos creativos. Tim Howarth estaba en el sitio adecuado, bien formado y con muchísimas ganas de currar.

Y, ¿cómo se convierte uno en compositor?

En España andamos obsesionados con títulos oficiales y pruebas académicas que nos guían hacia nuestra vocación. El viaje y las experiencias de Tim son parte de un proceso en curso, en el que el ciego optimismo, la pasión, la tenacidad y la percepción musical son las claves predominantes del éxito.

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Matthew Kennington

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