lunes, noviembre 25, 2024
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Desertando de la Hispanidad

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Entre las virtudes que más aprecio del ser humano se hallan su voluntad férrea y su capacidad de ilusionarse con un proyecto y de esforzarse hasta límites insospechados por culminarlo. Y si algo merece todo mi respeto, es el sudor y las lágrimas, incluso a veces la sangre y las cicatrices, de quienes hacen de sus sueños el impulso que mueve hacia adelante sus vidas. En esto España es una nación afortunada, ya que a lo largo de los siglos hemos forjado nuestra historia con los éxitos, las victorias, los sueños, las conquistas y, cómo no, también con las lecciones que implican los fracasos, de grandes hombres y mujeres.

El próximo 12 de octubre conmemoramos la hazaña de uno de estos héroes, uno de esos hombres cuya voluntad de hierro logró perseguir un sueño, a pesar de que la mayoría lo considerase una absoluta locura, siendo capaz de superar obstáculos y vicisitudes inverosímiles hasta alcanzarlo. Un visionario adelantado a su tiempo, cuya perseverancia culminó fraguando uno de los hechos más importantes de la historia universal: el encuentro entre dos mundos.

Desde entonces, España y América caminan de la mano y juntos conmemoramos aquella fecha con el Día de la Hispanidad; para nosotros Fiesta Nacional. Se trata de nuestro día grande, y Madrid, capital del reino, lleva décadas acogiendo los actos festivos de homenaje a la bandera y el tradicional desfile militar que preside el Rey, y en el cual están presentes los representantes de las diversas instituciones a nivel nacional, autonómico y local. Madrid, a nivel autonómico estará representado por su máxima autoridad, la presidenta de la Comunidad, Cristina Cifuentes.  Sin embargo, este año, habrá una novedad: la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, no estará presente en las celebraciones. Será la primera vez que un alcalde o alcaldesa de la capital no acude al homenaje.

La edil ha enviado al Rey una misiva en la que excusa su asistencia por motivo de un viaje de trabajo a Bogotá. Parece ser que tiene una importantísima e ineludible cita en la capital de Colombia, para asistir a la Asamblea Local de Líderes Locales y Regionales que, a pesar de comenzar el día 14 de octubre (dos días después de nuestra Fiesta Nacional), se hace incompatible con su presencia en Madrid.  La agenda de la regidora madrileña también contempla su asistencia al Foro de Mujeres Electas Locales presentado por la alcaldesa de París en el que, curiosamente,  intervendrá como ponente su homónima de Barcelona, Ada Colau. No seré yo quien ponga en duda que su participación es realmente importante, casi indispensable, pero en unos momentos en los que el rechazo por parte de la izquierda a la política institucional está alcanzando cotas realmente preocupantes, convendría que la alcaldesa de la capital asumiera su responsabilidad como tal. Quizás alguien debería recordarle que le guste más o menos, tiene un cargo institucional y por tanto, también forma parte de España.

La ausencia de la alcaldesa rompe una tradición que hasta ahora todos los antecesores en el cargo habían respetado. Carmena estuvo el año pasado en los actos del Día de la Hispanidad y también estuvo presente este año en el desfile con motivo del Día de las Fuerzas Armadas, en el que por cierto, fue recibida con algunos abucheos y gritos pidiendo su dimisión. Tal vez no quiera volver a enfrentarse a una situación parecida, pero el hecho es que está manifestando una falta de respeto institucional de gran relevancia, en la misma línea que están siguiendo todos estos líderes de la “nueva política” de izquierdas, contra las instituciones y los símbolos que las representan.

Esta nueva política se reconoce por su rechazo visceral a las instituciones que conforman el Estado, el cual exhiben de una forma teatral y frívola, aprovechando los momentos y las ocasiones más especiales para asestar sus salidas de pata de banco de forma que tengan la mayor repercusión posible.  A la mediocridad de estos líderes se suma la patología que adolecen habitualmente de confundir los intereses de una parte o del partido, con los del conjunto de la sociedad a la que representan puesto que se hallan dentro del aparato del Estado, aunque permanentemente quieran obviarlo.

Cómo se puede respetar a aquéllos que no respetan nuestro sistema, nuestra historia, nuestra cultura, en definitiva… nuestra patria.

Aquel 12 de octubre de 1492,  la silueta de tres carabelas escoltadas por otras tantas embarcaciones de remo más pequeñas, recortaban el nítido lienzo azul que apenas permitía distinguir el cielo de las aguas. Enfrente, los rayos de sol se colaban entre la espesura de los árboles. Junto a la exuberante vegetación virgen, decenas de ojos observaban atónitos la llegada de unos seres completamente extraños, vestidos con ropas añejas, demacrados por la durísima travesía marítima y curtidas su piel y su alma por un viaje que concluían tan agotados como emocionados ante el hecho de poder pisar tierra y culminar con éxito su histórica aventura. Colón acercó su rostro a la tierra y arrodillado, beso el suelo como muestra de agradecimiento y de respeto. En su rostro y en los de su tripulación, todo aquello que yo respeto profundamente: el sudor, las lágrimas y las cicatrices de sus almas. Eso que debería respetar la señora Carmena  y ese grupo que conforma la nueva política de la izquierda, porque ese puñado de hombres y mujeres valientes forjaron nuestra historia, la historia de España.

 

Borja Gutiérrez

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