Amenazas, chantajes… Sólo faltan los asesinatos, las cabezas de caballo en la cama y los tiroteos. La Mafia empezó como una forma de vida: una forma de proteger a la propia familia y seres queridos de la injusticia de otros mas poderosos o hasta a veces del mismo gobierno. Como decía el dibujante Nené Estivili en su personaje Agamenón, «igualico, igualico, que el defunto de su aguelico».
«Quiero advertirle, señor juez, que sin duda usted se convertirá en una celebridad después de este interrogatorio. Nunca olvide la cuenta que acaba de abrir con la Cosa Nostra: nunca podrá ¿Sigue usted a dispuesto a interrogarme?”. La frase, pronunciada por Tommaso Buscetta, el más conocido de los arrepentidos de la Mafia italiana, podría ser perfectamente válida para la Cosa Nostra televisiva de Sálvame.
“Me llamó Toño Sanchís y me dijo: 'He tenido una llamada de Baldomero, que me ha dicho que o quita la demanda tu hija o te vas a la calle’. Entonces yo me vuelvo loca más de lo que estaba y digo ‘me voy a la calle pero a mí no me amenaza nadie'». Rosa Benito denunciaba así cómo se las gastan en la 'familia Sálvame'. Todavía vive, pero en su casa, oculta del mundo.
Ahora, Belén 'Vito Corleone' Esteban no sólo ha conseguido que le embarguen la casa al citado Toño Sanchís, el que ha osado decir que Doña Belén estaba enamorada de él y al que en su día amenazó ya con dejarle si seguía representando también a Olvido Hormigos, la que le había molestado en Gran Hermano VIP, sino que parece que ha conseguido vetar en televisión a periodistas como Joana Morillas o Ángela Portero.
Esta última lo ha dejado claro en su cuenta de Twitter, «no trabajo por el veto de Belén Esteban. Efectivamente, no la puedo ni ver. Cualquiera se sentiría igual en mi situación». Su pecado, haberse cruzado también con la de San Blas en Gran Hermano VIP y haberse puesto en el otro bando, en el de los 'jedis' que intentaron atacar el 'lado oscuro'.
¿Pero tiene tanto poder esta mujer? Si fuera por el último Sálvame Deluxe nadie lo creería, ya que el pasado viernes la dejaron la última, ya bien entrada la madrugada y cuando la audiencia ya no importa tanto, porque la mayoría se ha ido a dormir o a hacer cosas más interesantes. En otros tiempos, ella habría entrado la primera, nada más comenzar el programa, para explicar a su manera su supuesto 'affaire' con Toño.
Por mucho que no haya que morder la mano que te da de comer, si la 'madrina' se siente ofendida por ello la familia puede ponerse en marcha y más de un directivo o trabajador del Deluxe puede tener los días contados en Mediaset por la afrenta a la 'mamma». O eso o que Vasile pague. Que la vuelva a contentar con un contrato todavía más millonario.
De lo contrario, la lengua viperina de Kiko, MIla y compañía puede salir a pasear, y ya se sabe que cuando sale nada ni nadie está a salvo de ellos. Sea o no verdad lo que digan, sus palabras pueden hacer más daño que todas las medidas de Cristóbal Montoro juntas. Y si no ya se sabe, la que podría salir a pasear sería la ambulancia de su 'Migue', con o sin sirena, y vaya usted a saber quién está cruzando el paso de cebra en ese momento.
En Sálvame no hace falta ni decir eso de «que parezca un accidente». Todo el mundo sabe su cometido y nadie se escaquea si la 'madrina' lo pide. El 'triángulo de la muerte', que en 1860 formaban las ciudades sicilianas de Palermo, Trapani y Agrigento, donde renació la Mafia después de la unidad italiana, lo componen aquí los dos Kiko y Mila. Ellos son los Richard 'Iceman' Kuklinski, Roy DeMeo o Thomas Pitera de turno, alguno de los sicarios más famosos de las principales 'familias'. Todo sea por satisfacer a la 'Vita' Esteban.
La mosca