Vaya por delante que lo que va a leer usted a partir de ahora puede herir su sensibilidad. Partamos además que a nadie le apetece, en ningún momento del día, imaginarse a Terelu Campos desnuda en una cama practicando sexo (Dios mío, no puedo, voy a vomitar ya), pero yo tengo que contárselo pese a todo y porque las moscas adultas como yo somos capaces de soportarlo todo después de nutrirnos con desechos animales, materia fecal, materiales orgánicos en descomposición y materias azucaradas, incluido el néctar y las frutas descompuestas.
La culpa de todo la tiene Daniela Blume, la mujer que parece que está todo el día más caliente que el palo del churrero con el que se hacen las porras que habitualmente se come la hija de María Teresa, que tampoco hizo ascos eso sí a las que cocinaron para ella los concursantes de esta edición. La italiana fue la que preguntó a la colaboradora por sus gustos sexuales, como si realmente le interesara a alguien saberlo.
Cuando menos, y gracias a ello, la mujer que estará en el reality durante una semana para hacer caja con la que pagar a Hacienda empezó tirando balones fuera, al asegurar que, por mucho que el sexo sea importante en una pareja, lo que ahora más echaba en falta era que un hombre la esperara en la cama y le diera abrazos, besos y apoyo en los momentos más necesarios o duros para ella (¡¡puaf!!!, qué empalagoso hasta para una mosca), y casi termina dando todo tipo de detalles de sus relaciones.
Por ejemplo, Terelu confesó que hasta en la cama, y no sólo en el vestir, es tradicional, «la postura que más me gusta es la normal, el hombre encima y tú debajo», y, por supuesto, que ella prefiere la comodidad al ejercicio. Eso sí, también terminó por salirle la vena 'guarrilla' que parece llevar dentro, «la del 'guau guau' ¡Tampoco está mal!». Qué fina ella, en vez de 'la del perro', como la conoce todo el mundo, dice la del 'guau, guau'. ¿Utilizará esa onomatopeya en pleno acto sexual? (creo que no podré jamás borrar de mi mente esa imagen).
Afortunadamente no profundizó mucho más en el tema (yo ya tenía la bolsa de papel en la mano), y se limitó a contar alguna de sus excentricidades antes y mientras está en la cama, se supone que tanto para conciliar el sueño como para practicar el amor, como que no puede dormir si las puertas de los armarios están abiertas o que se lava los dientes con agua caliente (se me erizan las antenas imaginando para qué).
Claro que lo peor estaba todavía por llegar. Faltaba el momento escatológico, y Terelu nos deleitó con la impagable afirmación de que «después de ir al baño siempre echo Chanel Nº5…». Al unísono nos quiso decir que está podrida por dentro y que para caprichitos, que no para Hacienda, sí que tiene dinero. Eso y que está muy lejos de ser la Marilyn Monroe española. No es lo mismo ponerse ese perfume como única vestimenta para ir a dormir que para intentar disimular el olor de su mierda. ¡No, hija no!.
PD: Por favor no se pierdan la fotografía que acompaña a este texto. Si no se ponen 'burrotes' viendo a Terelu sin maquillaje y dejando entrever la turgencia de sus pechos es… que son normales, que no tendrán que ir a ningún psicólogo.
La mosca