“Tarde piaste, pajarito”, es un refrán utilizado en el castellano de Venezuela que se refiere a cuando alguien dice, o hace algo, que debió ser dicho o hecho con anterioridad. Traigo esta expresión a colación ya que la semana pasada pudimos leer en los medios que el ex “premier” británico inicia una campaña en su país “para intentar revertir el Brexit”.
Como europeísta convencido celebro que alguien que ha sido durante diez años (1997-2007) primer ministro en el Reino Unido, uno de los principales Estados miembros de la Unión Europea (UE), se haya dado cuenta de las bondades del proceso de integración europea y de los beneficios para el conjunto del Reino Unido y de todos sus ciudadanos. Sin embargo, me pregunto si Tony Blair “no ha piado tarde y bajito”, no solo por el aislamiento en que quedaría su país sino por el profundo desorden que se podría generar si Escocia busca de nuevo su independencia. Se han preguntado los líderes ingleses pro Brexit ¿qué pasará con los pequeños pueblos británicos que viven de los estudiantes extranjeros? ¿Se han imaginado un Reino Unido sin programa Erasmus y sin poder entrar en las redes europeas de científicos e investigadores? ¿ Qué será de los agricultores y ganaderos británicos sin poder acceder a las generosas ayudas agrícolas y sin poder optar a las famosas ayudas europeas regionales? ¿Qué será de los productos fabricados en las islas cuando a causa de los aranceles ya no sean adquiridos por los consumidores europeos debido a sus altos precios no competitivos?
Me gustaría recordar en estas líneas que en la pasada campaña electoral en Escocia, en la que se votó en favor de la NO independencia de Escocia del Reino Unido, uno de los argumentos de peso esgrimido por parte de Londres y en contra del proceso separatista, era que de salir el SÍ a la independencia Escocia debería abandonar la UE. Pues bien, Escocia votó a favor de su permanencia en la UE y su NO desvinculación del Reino Unido. Ahora que el conjunto de los ciudadanos británicos, fundamentalmente ingleses y galeses, han votado a favor del Brexit, los ciudadanos escoceses, que han votado mayoritariamente en contra del Brexit y a favor de su permanencia en la UE, se encuentran en la más que paradójica situación de tener que abandonar el proyecto europeo en el caso de que la primera ministra británica, Theresa May, decida activar el artículo 50 del Tratado de Lisboa.
Decía acertadamente Jacques Delors (presidente de la Comisión Europea entre 1985 y 1995) que “Europa es un estado de ánimo”. No estoy seguro que el antiguo creador de la “tercera vía” de la socialdemocracia británica haya sido un devoto del espíritu europeísta de Delors. Tony Blair era más partidario de los temas tangibles, especialmente si beneficiaban al Reino Unido, tales como la NO incorporación de su país al sistema euro, los tacs y cuotas en materia de pesca para barcos de pabellón británico, mantenimiento de los privilegios a favor de su país excluyéndoles del resto de obligaciones que sí tenían el resto de Estados miembros.
Asimismo, me gustaría mencionar la famosa foto del “trío de las Azores” en el año 2003, donde el ex presidente de los Estados Unidos, George W. Bush, el ex premier británico, Tony Blair y el ex primer ministro español José María Aznar, con el primer ministro portugués, José Manuel Durao Barroso, como maestro de ceremonias, dieron el pistoletazo de salida a la NO justificada invasión de Iraq. Ni el sr. Aznar ni el sr. Blair han sido a lo largo de su vida pública furibundos defensores del “estado de ánimo” del que nos hablaba Jacques Delors. Es más, me consta que la verdadera intención del sr. Aznar era crear un mecanismo de contrapeso a la UE con el eje de poder Estados Unidos, Reino Unido, España y la Italia de Berlusconi.
Como señalaba al principio de estas líneas, celebro y aplaudo la iniciativa adoptada por Tony Blair al objeto de intentar minorar el daño que se pueda producir a los ciudadanos británicos con la salida del Reino Unido de la UE. Pero recordarle al ex premier británico que no serían solamente los ciudadanos de las islas los perjudicados por esta mala decisión, sino el conjunto de los ciudadanos europeos. ¡Es hora de mirar de manera colectiva y no exclusivamente en forma individua! A esto se le llama “Estado de Ánimo Europeo”.
Iñaki Rica