Cómo se nota que la cuestión económica no es la de antes para las Campos. Imaginar un reality como el que han protagonizado, mostrando todas sus vergüenzas y creándose una imagen cien veces peor de la que la gente pudiera tener de ellas, habría sido una utopía hace unos años, cuando María Teresa era la auténtica 'reina de las mañanas' y su hija una prometedora presentadora que quería hacer carrera por su cuenta.
Ahora, la madre está sin programa, a la espera de que alguien cumpla la supuesta promesa que le han hecho de darle otro, vendiendo un piso por 1.300.000 euros, 50.000 euros menos que lo que le costó, con Hacienda pisándoles los talones a madre e hija para que paguen lo que deben, y con ésta hablando de por dónde le gusta que le den en materia sexual y contando las veces que se masturba.
Sí, a partir de aquí no hay spoilers de nada, tranquilos por ese lado, pero sí podría poner no dos sino cuatro rombos por lo que van a leer, que sin duda no es algo que agradezcan estómagos sensibles. Sólo con pensar en ello me entran a mí misma arcadas y ganas de ir al baño, que ya saben que para las moscas puede ser en cualquier sitio.
Terelu no desaprovecha ni una sola oportunidad de pisar un plató, va allá donde la requieren sin preguntar de qué va a hablar o si la van a tratar bien o mal, y esta vez acudió a El programa de Ana Rosa, vaya usted a saber con qué intenciones, y terminó hablando de sexo como si realmente le interesara a alguien y sin que el espacio avisara de ello con antelación a los telespectadores, para que no les pillara de sopetón y tuvieran tiempo de cambiar de canal (es de suponer que no lo hicieron porque la mayoría hubiera utilizado el mando a distancia).
El 'viciosillo' de Alessandro Lequio, el hombre que supuestamente disfrutaba con Olvido Hormigos cuando su mujer no estaba en casa, le preguntó, como quien pregunta por el equipo de fútbol de cada cual o sobre el tiempo que a a hacer, «¿eres de mortero o de monedero?», para aclarar a continuación a todo el personal que «mortero es por el pompis».
En vez de mandarle a cantar 'el pepinazo' de Leticia Sabater, o directamente a donde amargan los pepinos, Terelu respondió como si tal cosa que «evidentemente, por delante. Por detrás te dan por cualquier sitio que vayas». Menos mal que utilizó la preposición 'por' en vez de 'en', porque sino más de uno empezaría a seguirla por la calle sabedor que la presentadora iba a montar su numerito erótico allá donde fuera.
Eso sí, lo peor vino a continuación cuando después de anunciar que en estos momentos no está abierta al sexo, no se sabe si porque no le apetece o porque no encuentra con quién practicarlo, precisó que sí lo está a la masturbación, «lo practico varias veces al día porque duermo mal».
Con semejante revelación comprobamos dos cosas. Por un lado que, a diferencia de lo que decían los curas, masturbarse no te deja ciego, porque sino ella, de tanto practicarlo, ya tendría que ir con perro y bastón por la calle, y que eso de satisfacerse a sí misma va a arruinar a todas las farmaceúticas especializadas en píldoras para conciliar el sueño. Claro que a lo mejor la 'chica' no quería decir que al practicar la masturbación se quedaba frita sino que simplemente el sueño se la quitaba con tocarse, o que se tocaba precisamente para ahuyentar el sueño, o… Ana Rosa, urge que Terelu vuelva a tu programa para aclararnos el tema. Eso sí, tampoco la pidamos ya, que es lo único que la falta, que se toque en directo. Por eso sí que os cerrarían el programa.
La mosca