Ni son los más bonitos, ni mucho menos los más deseados (¡puaff!, asco me da sólo pensar besar algo así), pero sin duda no sólo son de los más operados del panorama televisivo nacional sino también los más 'peligrosos', habida cuenta los problemas que le están dando.
Claro que la culpa quizás no la tenga el tejido de los mismos, ni la propia constitución ósea de Leticia Sabater, sino la insistencia de ésta por operárselos, como si con ello se garantizara que alguien la iba a tirar un piropo o llamarla guapa por la calle. Los milagros, como mucho los jueves, y en la ficción.
En vez de los pechos o el hímen, que se reconstruyó a los 48 años, a la mujer que va camino de ser la Cher española, por aquello de las operaciones de cirugía estética a las que se ha sometido, los problemas se los dan sus labios, los mismos que podrían dejarla sin uno de sus grandes sueños, el ir a Supervivientes.
Y es que la cantante de 'hits' como 'La salchipapa' o, recientemente, 'El pepinazo', acudió a Urgencias el pasado domingo por culpa de un terrible dolor en los labios causada por una infección que había pillado tras someterse a una cirugía estética para aumentar el tamaño de estos. El motivo de la intervención había sido el poder lucir un mejor aspecto en el concurso (volvemos con lo de los milagros).
El intenso dolor se le produjo en la comisura de la boca y en el labio inferior, casi similares a los que ya padeció cuando hace poco más de un año se vio forzada a hacerse un drenaje, después de que su boca rechazara la cirugía a la que se sometió para sentirse mejor con el aspecto de sus labios.
¿Se imaginan que éstos nos hubieran privado de su presencia en Supervivientes? Jorge Javier Vázquez se hubiera depilado con brea ardiendo, Sandra Barneda hubiera probado con un hombre y Lara Álvarez hasta le habría dado otra oportunidad a Fernando Alonso, conscientes de que eso conllevaría que el formato empezaría a parecerse a Gran Hermano VIP, incluso antes de comenzar.
Ver esos labios paseando por la playa hondureña que visitará nuevamente el reality es el sueño de cualquier hombre o mujer de este país, por aquello de que ella es tan deseada entre las de su propio sexo que entre los del opuesto (eso es lo que ella misma se cree). Después del primer despelote de Marta Sánchez en Interviú, o el de Marisol, o el de Rocío Jurado, los mitos eróticos que han tenido las diferentes generaciones en este país, nada se espera con tanto ahínco como el ver bailar a Leticia alguno de sus éxitos musicales en la citada playa, y a ser posible con un bikini con menos sujecciones que el corsé de Sabrina Salerno bailando el 'boys, boys, boys'.
De verdad que creo no estar preparada para ello. Si lo de imaginarme a Bigote Arrocet en bañador, o en situaciones más indecorosas, ya me produce náuseas, no quiero ni pensar lo que podría ocurrirme contemplando a la 'entrañable' Leti de esa guisa interpretando 'El Pepinazo'. Las urgencias, y no sólo por mí, se colapsarían. Advertidos están en Sanidad.
La mosca