Más allá de tertulianos y medios “sobrecogedores”, el PP también ha venido utilizando el Código Penal de un modo que nos recuerda inevitablemente a los tiempos del franquismo. Los sindicatos de clase hemos puesto toda la carne en el asador en defender el derecho de huelga contra su criminalización. Ahora, el Parlamento ha tomado en consideración una iniciativa sindical para despenalizar el derecho de huelga. La lucha sindical siempre da resultados aunque tarden en llegar.
Hace más de cinco años, recién conquistada la mayoría absoluta por el Partido Popular, se intensificaron de una manera extrema todos los ataques al sindicalismo de clase. Tras la reforma laboral del PSOE en 2011, a la que hicimos una huelga general, el PP apretó más las tuercas con una nueva reforma a la que respondimos con otras dos huelgas generales. Los ataques de aquel Gobierno del PP fueron los más brutales que ha padecido el movimiento obrero en democracia.
Esa reforma laboral fue una declaración de guerra a las relaciones laborales. Además, actuó con toda su fuerza generando paro y provocando EREs, como el de Coca Cola o previamente el de limpieza viaria. Esa reforma laboral intentó cercenar los convenios eliminando la ultractividad.
Esto se combinó con la utilización del artículo 315.3 del Código Penal, una antigualla que el PP activó con la connivencia de fiscales y Dirección General de Policía y que ha aplicado apasionadamente. El resultado de ese apasionamiento ha sido el procesamiento de más de trescientos sindicalistas en toda España por ejercer el derecho de huelga.
Trabajadores y trabajadoras sindicalistas han padecido y padecen la presión que supone poder terminar en la cárcel. En Madrid, emblema de esa lucha han sido Los ocho de Airbus, quienes gracias al apoyo de toda la estructura del sindicato: desde el gabinete de comunicación con todas sus herramientas, hasta los servicios jurídicos, han vencido al aparato del poder.
Hoy nadie duda de que los abogados y las abogadas de CCOO de Madrid han estado y están a la altura de las circunstancias haciendo frente a la reforma laboral en los juzgados, resolviendo multitud de cuestiones sociales que garanticen unos mínimos ingresos a las personas, neutralizando la represión que se ha venido produciendo con la Ley Mordaza. Los servicios jurídicos de CCOO, casi siempre desde la invisibilidad, son un referente para la clase trabajadora. Por supuesto, la humildad, la generosidad y la ausencia de personalismos y protagonismos de los procesados, junto a la presión padecida son la mejor garantía de que la lucha de clases tiene futuro.
A día de hoy, ningún sindicalista de la Comunidad de Madrid ha terminado en la cárcel. Ahora hay que ir más allá y derogar los artículos 315.3 y 172 del Código Penal. La revisión que se hizo del artículo 315.3 en 2015 es insuficiente porque sigue estableciendo la huelga como un sujeto sobre el que aplicar el Código Penal, cuando lo que debería hacer es protegerlo de los abusos de los empresarios que, en muchos casos, tratan de restringir el derecho de huelga.
Por supuesto, esta pelea contra la criminalización del derecho de huelga la estamos emprendiendo codo a codo con UGT. Estamos en cuerpo y alma con los compañeros José Manuel Nogales y Rubén Ranz, “los dos de la Lealtad” que serán juzgados el próximo 21 de junio. A Nogales y Rubén les piden siete años de cárcel por participar en un piquete durante la huelga general del 29 de marzo de 2012 en una cafetería cercana al Hotel Ritz. El pasado 16 de mayo participamos en una masiva asamblea realizada en Fuenlabrada para arropar a estos sindicalistas de UGT.
El mismo día, coincidiendo con el debate parlamentario del artículo 315 del Código Penal, CCOO y UGT registramos en el Congreso de los Diputados una propuesta dirigida a los grupos parlamentarios para derogar los artículos 315.3 y 172 del citado Código.
La iniciativa contó con una disposición favorable del grupo parlamentario socialista, de Unidos Podemos-En Comú Podem-En Marea, de Compromís, de Esquerra Republicana de Cataluña y de PdCat. Finalmente se votó mayoritariamente la toma en consideración de la proposición presentada por Unidos Podemos para la derogación del artículo 315.3, que es el que da soporte a las condenas y sanciones contra los sindicalistas, criminalizando la acción sindical y el derecho de huelga.
Indudablemente es esta una buena noticia. Estamos demostrando que la unidad es imprescindible. Estamos demostrando que la lucha sindical siempre da resultados, aunque tarden en llegar.
Jaime Cedrún