Si hay algo que divierte a los niños es el caca-culo-pedo-pis. Hablar de cosas escatológicas les hace gracia, no lo pueden remediar. Quizás por eso, por estar en pleno horario infantil, Leticia Sabater quiso complacerles en su última visita a Sálvame y volvió a hablar del tema como si realmente hiciera gracia a la audiencia, como si estuviéramos esperando su 'momento caquita', al más puro estilo 'momento Coca-Cola' o 'momento Cola-Cao' de nuestras series.
«Tengo que confesar que en el debate de Supervivientes me entró un cólico horroroso y me hice caca. Encima esta vez fue mucho peor con la ropa interior puesta, porque no me acordé de quitármela cuando fui al baño». ¿De verdad era necesaria esa confesión? ¿Alguien se lo había preguntado? La respuesta a las dos preguntas es 'no', pero a la chica, por decir algo, parece que le encanta tanto cagarse allá donde vaya, y encima contarlo.
La pregunta que habría que haberla hecho, y advierto que si siguen leyendo este párrafo el mismo puede herir todo tipo de sensibilidades, es que si no se quitó las bragas porque no acostumbra a llevarlas y, si era un tanga lo que llevaba puesto, dónde fue a parar lo que echó por ahí abajo. ¿Sus muslos? ¿Sus zapatos? ¿El suelo? Los niños estarían tirados por el suelo riéndose en estos momentos. Los demás, vomitando sólo con el asco que da pensarlo.
No es de extrañar que Lydia Lozano, presente ese día en el plató de El debate, le dijera que «¿así que tú eras la culpable de que oliera tan mal?», y que, cuando segundos después Leticia se despidiera de los presentes y abandonara Sálvame, Belén Esteban la despidiera al grito de «a la mierda». Pocas veces se ha despedido a ningún invitado de esa manera en televisión.
Lo que no sé es si la 'princesa del pueblo', tan fina ella siempre, lo hizo al estilo Sheldon Cooper, tirando de 'ironía' y recordando también las mierdas con las que sembró la cantante la isla del reality, o simplemente fue porque odia a ésta, como demostró sobradamente durante la tarde, burlándose de todos los comentarios que hacía.
Belén no sólo le dijo que se había pasado el realilty «tumbada y criticando», sino que la llegó a tildar de «fresca», al recordarle «la poca vergüenza de decir a la mujer de José Luis que su marido le estaba mirando las tetas». La 'ofendida' se limitó a insistir que «José Luis es un machista absoluto, vamos a quitarle la careta, uno de los mayores traidores del concurso», así como que «es verdad que me miraba las tetas. Si estás casado mira para otro lado«. O mete la cabeza bajo el agua y ahógate, debió pensar por dentro.
Lo curioso es que si el cocinero llegó a afirmar en su día a Leticia que «lo único que sabes hacer es enseñar las tetas», ahora ésta, a muchos kilómetros ya de distancia de aquel, le acusó de algo peor, «no te pongas en calzoncillos al día siguiente, porque hasta Laura le vio los cataplines«. Por sus palabras aquello casi parecía la Gomorra de Pasolini.
Lo raro es que la autora de 'El Pepinazo' llegara a confesar que «el único por el que siento algo especial es Kiko, porque el corazón no entiende de edad». La frase no cuadraba con su teoría de que «los hombres mayores son maravillosos, tienen mucha experiencia en todos los campos y a mí me han encantado siempre, y he salido incluso con alguno de 60″. Como diría la Esteban, «anda Leti, ¡vete a cagar!».
La mosca