Como cantaba Narco, «cada vez más hundido en esta puta mierda, quiero escapar pero me vuelvo a aburrir y entonces nada… Quiero más, mucho más. Estoy bien y también mal. Pasa un rato nada más y a tomar por culo el mundo». Seguro que Terelu Campos, la mujer que se ha desatado al grito de «¡a tomar por culo todo el mundo!», ni tan siquiera conoce al grupo sevillano del distrito obrero de La Macarena, pero seguro que suscribiría palabra por palabra su letra.
La hija mayor de María Teresa volvió a sacar la vena de Jekyll y Hide que tiene, como el resto de contertulios de Sálvame, y, después de que en la víspera confirmara con enorme satisfacción que estaba curada del todo (supongo que no se refería al tema cerebral), desató toda su furia por culpa de la 'villana', como ella misma dice, Mila Ximénez.
Lo que parecía una conversación normal, si es que hay una 'conversación normal' en ese espacio, sobre la asistencia a la fiesta del libro de Carmen Borrego, terminó con la salida de la hermana de ésta del plató, después de pronunciar la frase más repetida en el World Pride, y con Mila a gritos como una desquiciada dentro del mismo.
Carmen Borrego habría vetado la asistencia de los compañeros de su hermana al libro y Terelu, que intentó mediar, terminó harta de escuchar malas palabras contra su hermana, «no llames más a mi hermana mentirosa, me estoy hartando». Fue entonces cuando Mila Ximénez, según ella cansada de ser siempre la mala, quiso puntualizar, por supuesto a gritos, que «¡aquí sufrimos todos! ¡Yo también tengo dos hermanos con cáncer! ¡Ya está bien!. Joder. ¡Todos lo pasamos mal!».
La ira que inundó a Terelu a punto estuvo de provocar un 'momento Sabrina', cuando empezó a magrearse ella misma sus pechos, sin importarle si se dejaba alguno fuera, con la intención de quitarse como fuera, y cuanto antes, el micrófono que le habían colocado.
El 'momento porno' estuvo a punto de convertir una escena lésbica sin más en una orgía, cuando Mila empezó a gritat «que yo también sé quitarme el micro e irme a mi casa». La gente se frotaba los ojos pensando en la bacanal de despelote que se avecinaba. ¿Se lo quitaría ella sola? ¿Se lo quitaría la una a la otra? ¿Sacarían de producción una piscina de barro y empezarían a revolcarse en ella las dos? Cualquier cosa parecía posible siendo Sálvame el plató donde se desarrollaba todo.
Al final, hasta Kiko Matamoros ejerció del Padre Ángel e intentó por todos los medios consolar a Terelu Campos, pese a no ser precisamente esta santa de su devoción. Y todo ello mientras Paz Padilla paseaba de un lado para otro sin enterarse de nada («¿qué ha dicho, qué ha dicho?») con una teta fuera, la misma con la que simulaba ser Gala, la musa de Dalí (físicamente sí podrían serlo).
Tacos, insultos, magreos de pechos… Sin duda lo más aconsejable para el horario infantil de la TV, sobre todo ahora que ya no hay colegios y todos los niños, los que no tienen piscina, están en casa viendo la tele. ¡A tomar por culo la ley! ¡A tomar por culo todo! Como Agustina de Aragón o Juana de Arco, Terelu se ha convertido en la heroína del mal gusto. ¡A tomar por culo también ella! Es como si el World Pride no fuera a acabar nunca.
La mosca