Se acerca el choque de trenes en Cataluña. Se han rebasado ampliamente las zonas de frenado. La situación se tensa más en el Principado. ¿Podría irse de las manos?
El terremoto está encargado. Su mayor temblor será el 1 de octubre. Luego vendrán las réplicas, de mayor o menor envergadura y de diferente naturaleza según tenga o no lugar el referéndum ilegal y de cómo se desarrolle esa jornada y sus prolegómenos.
Algo importante será la encrucijada en la que se encontrarían en Cataluña los funcionarios en general y los Mossos d´Esquadra en particular ante el posible dilema de obedecer a las Autoridades catalanas o a las centrales.
El nombramiento de un nuevo Director de los Mossos claramente separatista, Pere Soler, es inquietante.
El sectarismo se ha posado en la cúspide de una fuerza de orden público con el objetivo aparente de rechazar ordenes contrarias al desarrollo del referéndum ilegal. Surge la posibilidad de una confrontación entre diferentes cuerpos armados o en su propio seno. Existe en la Asociación Nacional Catalana (ANC) una sección para Mossos independentistas, pero no todos lo son. Nada habría más peligroso para la seguridad de los ciudadanos que unos policías divididos en sus lealtades.
Según un diario barcelonés, muchos Mossos quieren que “les dejen al margen”. ¡A eso le llamarán asunción de responsabilidades! Igual les acaba pasando como al Asno de Buridán que colocado a la misma distancia entre dos pesebres no sabía a cuál acudir y se murió de hambre.
La flor y nata de los secesionistas está soltando amarras irremisiblemente. Posiblemente piensen que cuanto más duro sea un enfrentamiento (¿incluso cruento?) más les beneficiará de cara a la opinión pública, especialmente la internacional.
Las razones de la independencia unilateral de Kosovo no tienen ninguna relación con las esgrimidas por los independentistas catalanes, pero los más genuinos de estos últimos probablemente aspiran a que se confundan si hay incidentes graves. Soñarán con que ello le pueda valer a Madrid las sanciones y el intervencionismo militar internacional que doblegaron a Belgrado y permitieron la independencia kosovar. Quebec y Escocia ya no son sus ejemplos.
Se hacen ilusiones. Desconocen la realidad internacional. Se lo dice constantemente la Unión Europea, pero hacen oídos sordos y engañan a los suyos. Los secesionistas catalanes más puros juegan a la desesperada. Su verdadero objetivo para el 1 de octubre podría no ser tanto la celebración del referéndum como que se produzcan enfrentamientos, incluso algún drama. La Diada del 11 de septiembre, en cambio, será probablemente tranquila y ordenada.
No es prudente jugar con el fuego y más aún si puede instalarse en miembros de los cuerpos de seguridad catalanes una duda sobre a quién deben de obedecer. En el mismo dilema se encontraron muchos el 18 de julio de 1936 y aunque no es previsible un desenlace semejante, no se puede descartar posicionamientos antagónicos entre diferentes cuerpos de seguridad que operan en Cataluña.
La división está ya instalada en las familias catalanas, entre amigos y conocidos y en los lugares de trabajo. Sería desastroso que ello pudiera desbordarse en la calle y en las Administraciones en Cataluña, forzadas a tomar partido, pacíficamente o con fuerza, a favor o en contra de la legalidad. La actitud de esta Govern separatista es claramente beligerante a riesgo de cualquier desgracia.
Este es un pulso posible. En estas circunstancias nadie debiera actuar en detrimento de la autoridad del Gobierno español. Los elementos para posibles soluciones negociadas ya son conocidos y constantemente repetidos, pero no tienen eco ahora ni entre los separatistas de pata negra que juegan al todo o nada. No conviene retroalimentar espejismos. Tal como van los trenes habrá que pasar el 1 de octubre o que los rupturistas desistan de sus planes y de sus actitudes desafiantes. Pero después de esa fecha debiera intentarse la sensatez y el dialogo político.
Asimismo, querer el referéndum para votar en contra de la independencia catalana solo beneficia a los separatistas. La desaparecida Carme Chacón lo tenía claro. El Centre d´Estudis d´Opinió (CIS catalán) afirma que ahora el no a la independencia ganaría el referéndum. Mala noticia para los de la Estelada. ¿Un “gancho” también para que Madrid acepte su convocatoria? Este referéndum es ilegal. Punto. No hay otros motivos para rechazarlo.
Por otra parte, la posibilidad de que la Autonomía catalana sea tutelada o intervenida desde Madrid no debiera animar a rasgar vestidura alguna porque es un instrumento constitucional legítimo. En Irlanda del Norte, Londres suspendió su autonomía sin dejar de seguir siendo el Reino Unido un país democrático.
De todos modos, ahora Hacienda va a vigilar semanalmente la ejecución de los presupuestos de la Generalitat (cuya deuda es basura) tras detectar un desvío, aun pequeño, para celebrar el referéndum ilegal. ¡Como unos padres con un hijo díscolo!
Carlos Miranda es Embajador de España.
Carlos Miranda