El mismo día en que los medios de comunicación se hacían eco a bombo y platillo del que han calificado “histórico Pacto de Estado contra la violencia de género”, una mujer resultaba gravemente herida en Alcorcón a causa de las puñaladas asestadas por su expareja. Son siete las mujeres asesinadas en la Comunidad de Madrid en lo que va de año, un dato escandaloso contra el que nos hemos venido rebelando permanentemente desde CCOO de Madrid, exigiendo un verdadero Pacto de Estado.
Lamentablemente, el acuerdo al que han llegado los grupos parlamentarios es muy insuficiente, entre otras razones por la resistencia del partido en el Gobierno, con carencias notables en lo que se refiere al ámbito laboral. Son muchos los flecos, temas complejos pendientes y debates sin resolver.
Dicho esto, sí son de valorar algunos avances como la posibilidad de que las mujeres afectadas puedan acceder a la protección antes de la denuncia, o que se extienda la condición de vvíctima a otras formas de violencia de género como contempla el Convenio de Estambul, que incluye la trata o la mutilación genital como forma de maltrato.
Es cierto que el acuerdo mejora sustancialmente el primer documento del Gobierno y, aunque se quiere hacer especial hincapié en un presupuesto de mil millones de euros para los próximos cinco años, los recursos económicos y humanos no concuerdan con la dimensión del problema. También son clamorosas ausencias como la concreción de medidas o periodicidad aplicativa, asuntos imprescindibles para la protección de las víctimas.
Sin querer ser pesimista, no podemos olvidar que algunas medidas y sensibilización ya aparecen en la propia Ley Integral contra la violencia de género y que han sido permanentemente ignoradas.
Por otra parte, desde un punto de vista eminentemente sindical, el pacto acordado prescinde de las aportaciones del movimiento sindical sobre garantías de los derechos laborales, protección social y mejoras en la creación de empleo para las mujeres víctimas de violencia de género y sus familias.
Lo que no es aceptable en este asunto es el postureo y el tacticismo partidista. No es aceptable que los partidos políticos anden a codazos para apuntarse el tanto de un “Pacto” haciendo filtraciones vergonzantes. Y lo es menos porque este Pacto de Estado político tiene que tener su correlato de Pacto social, donde seamos capaces de convencer e implicar a toda la ciudadanía.
Lo que no es aceptable es que el Gobierno de la Comunidad de Madrid recorte las partidas presupuestarias relacionadas con la erradicación de las violencias de género porque lo que está en juego es la vida de las personas. Es escandaloso que de los 21 millones de euros presupuestados sólo se hayan ejecutado 15 millones.
Hay fórmulas para erradicar el machismo, la violencia machista, todo tipo de violencias machistas. Lo que hace falta es auténtica voluntad política para acometer la desintegración de esa sociedad patriarcal que también alienta los desequilibrios y la desigualdad salarial entre mujeres y hombres. Sin duda, es esta otra forma de agredir a las mujeres en la que los recortes y la aplicación de las reformas laborales han tenido mucho que ver en los últimos años.
Hacen falta respuestas urgentes. De las casi 127.000 denuncias realizadas en los saturados juzgados de violencia de la Comunidad de Madrid, un tercio de ellas fueron archivadas en 2015. Lo único relativamente positivo en esta tragedia es que las mujeres empiezan a perder el miedo a denunciar en los juzgados, lo cual sí alienta a cierta concienciación social del problema, insuficiente, porque los datos deberían activar la alarma social.
Sin duda, parece que por fin algunos grupos políticos de la derecha escuchan esa alarma, aunque sea con sordina. Lo acordado hasta ahora no es suficiente. Seguiremos presionando
Jaime Cedrun
Secretario general de CCOO de Madrid
Jaime Cedrún