No podían irse con un simple adiós, con un movimiento de mano o un hasta siempre. Cuarenta años no podían quedar en el olvido de la noche a la mañana y, después de que alguno de sus ilustres, contara la semana precedente algunos secretos y curiosidades de la publicación, Interviú ha querido despedirse este lunes de todo el mundo a lo grande, con un número especial de 200 páginas en el que muestra lo mejor que ha hecho siempre, reportajes de investigación y chicas desnudas.
Como sé lo que les gusta a ustedes, obviemos los primeros y centrémonos en las segundas, esas mujeres que, hasta la llegada de las 'famosillas de medio pelo televisivas', la sociedad demandaba que salieran en pelota picada y que la publicación cumplía sus deseos invirtiendo lo que hiciera falta.
Eran gente como Marisol, Marta Sánchez, Victoria Vera, Bárbara Rey, María José Cantudo, Nadiuska, Lola Flores, Maribel Verdú, Cicciolina, Assumpta Serna, Mar Flores, Emma Suárez, Rocío Jurado, Victoria Abril, Sharon Stone, Naomí Campbell, Samantha Fox, Marlene Morreau, Natalia Estrada, Ana Obregón, Paula Vázquez, Anne Igartiburu, Pamela Anderson, Bibiana Fernández, Silvia Fominaya, Soraya, Terelu Campos, Makoke, Najwa Nimri, Raquel Mosquera, Lluvia Rojo o la mismísima Carmen Cervera, Tita Cervera o la baronesa Thyssen, como gusten llamarla.
Poder verla ahora de nuevo, como a las anteriores, enseñando tetilla, es como volver a leer 'El retrato de Dorian Gray' de Oscar Wilde. Es como ver la mano incorrupta de Santa Teresa, pero con el mismo color de piel que cuando era la mujer de Tarzán, Lex Barker, cuando ella era un bellezón, o incluso cuando, después de enviudar, se unió a Espartaco Santoni, que luego le salió bígamo.
A la tercera fue la vencida y encontró su jubilación anticipada con Hans Heinrich von Thyssen Bornemisza, que le permitió primero dejar de enseñar los pechos en el cine y poder convertirse en baronesa, y después no ser quizás la viuda más rica de España pero sí alguien que puede mirarse en un Picasso propio en vez de en un espejo de Ikea.
Seguramente no haya sido la mujer más bella que haya pasado por las páginas de Interviú, ni la que mejores pechos tenía, pero pocas habrán sido tan deseadas como ella. Por eso no podía faltar en esta despedida, por mucho que la portada tuviera que ser, cómo no, para Marisol, quizás la que más rica hizo en su día a la revista de Zeta.
A falta de poder verla de nuevo en el celuloide (¿se han parado a pensar alguna vez dónde habrán ido todas esas películas o fotografías de las mismas, de la llamada 'época del destape', en las que ella aparecía?), algo que, parece por obra y gracia divina, parece imposible, el volver a contemplarla en aquella portada de Interviú en la que lucía el seno izquierdo ha sido el mejor de los regalos.
Ha quedado patente, una vez más, que el gusto de la condesa de Romanones Aline Griffith, del actor Fernando Rey, el torero Luis Miguel Dominguín y la periodista Natalia Figueroa, la esposa del cantante Raphael, los que compusieron el jurado que la eligió MIss España, no era baladí. Sin duda mucho mejor que el de los jurados que la dejaron cuarta en el certamen de Miss Europa y tercera en el de Miss Mundo. Y luego se extrañan de que no ganemos Eurovisión.
La mosca