A pesar de las grandes cifras macroeconómicas, a nadie se le escapa que en la Comunidad de Madrid estamos ante un crecimiento que genera poco empleo, y el generado es precario, temporal, parcial, mal pagado…, causa de pobreza salarial y social que fundamentalmente se ceba con las mujeres.
Esta desigualdad es el alma, junto a la brecha salarial y el terrorismo machista, que nos lleva a la gran movilización del próximo 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, y en el que CCOO y UGT hemos convocado paros de dos horas en los turnos de mañana y de tarde en todo el país.
Quiero resaltar de entre los factores que intervienen en la desigualdad y también territorial, la ausencia de políticas de creación de empleo de calidad.
La temporalidad y la precariedad continúan marcando la recuperación del mercado laboral. El 12 por ciento de los ocupados tienen un contrato a tiempo parcial; una cifra que se eleva al 18,2 por ciento entre las mujeres, frente al 6,7 por ciento de los hombres. Contratos parciales que en un 70 por ciento de las ocasiones son de carácter obligatorio para el trabajador. El 83,7 por ciento de la contratación en 2017 fue temporal, de estos, el 43 por ciento tuvo una duración menor a los seis días.
Y otra de las consecuencias de este mercado laboral creado a partir de la Reforma Laboral de 2012, es el aumento de la siniestralidad laboral. En 2013 hubo un punto de inflexión y los accidentes comienzan a resurgir. Un aumento vinculado a las condiciones de trabajo que nos trajo la reforma laboral. Según los datos provisionales facilitados por el Instituto Regional de Seguridad y Salud en el Trabajo (IRSST), durante 2017 se han producido un total de 89.096 accidentes de trabajo en la región, un incremento del 2,19 por ciento, con el resultado de 57 muertes, y 422 accidentes con lesiones graves o muy graves.
También en este escenario, las mujeres son trágicas protagonistas. Mujeres trabajadoras, estresadas, que padecen accidentes “in itinere”, con las prisas de dejar previamente en el colegio a sus hijos e hijas; mujeres que no engrosan las cifras accidentes porque trabajan en la economía sumergida…
Los datos evidencian que deben intensificarse los esfuerzos en materia preventiva, especialmente desde la Inspección de Trabajo y desde la Fiscalía y el Poder Judicial se fortalezca su papel en la depuración de las responsabilidades en la vía penal.
Por otra parte, más allá de la “Estrategia de Empleo”, los sindicatos seguimos exigiendo y proponiendo algo más, un gran acuerdo por el Empleo y el cambio del modelo productivo. Así lo estamos planteando al Gobierno regional y a las Corporaciones locales. De hecho, se ha llegado a acuerdos en algunos municipios, como en la ciudad de Madrid, pero nos hemos encontrado con la “regla de gasto”, que impide a los ayuntamientos con superávit que creen empleo directo o indirecto a través de una política de inversiones o que contribuyan a paliar los efectos deplorables de la desigualdad y la pobreza. Es urgente su derogación.
La precariedad está muy relacionada con el tipo de empleo que genera el sistema productivo. En la Comunidad de Madrid, la industria se ha quedado reducida al 10 por ciento del PIB, la I+D+i ha sufrido un severo recorte, del 2,06 por ciento hasta el 1,7 por ciento del PIB – lejos del 3,8-4 por cientoe que es la media de las regiones capitales de la UE- y los servicios necesitan un incremento sustancial de su calidad.
Desde CCOO proponemos una alternativa que pasa por la creación de una Agencia regional para el desarrollo y el cambio de modelo productivo, la modificación de la ley del suelo para blindar el suelo industrial y evitar la especulación residencial, un Plan regional de inversiones dirigido a las medidas de cambio del sistema y poner en marcha el proceso de aprobación de un Plan de Estrategia Territorial dirigido a definir una región de futuro equilibrada y sostenible.
Junto a las medidas de política industrial y de desarrollo tecnológico que ya están siendo reclamadas por toda la región, es necesario un plan de rehabilitación de viviendas que huya de nuevos desarrollos injustificados de vivienda nueva, el impulso a los empleos verdes ligados a la gestión de residuos y la eficiencia energética, la mejora de la calidad de los servicios con especial atención a los servicios a las empresas, e incluso, un nuevo papel para el sector agrícola y ganadero.
Se activó el Dialogo social tripartito con la firma de la Estrategia de empleo, el V Plan Director de Salud laboral y con la creación del Consejo del dialogo social de Madrid que abordará en sus mesas de trabajo el desarrollo económico y el sistema productivo, el empleo y la formación y la protección social. Se trata de una buena noticia pero que llega con mucho retraso porque necesitamos un impulso al desarrollo económico y a los cambios en el sistema productivo, así como abordar las nuevas realidades productivas que golpean cada día (UBER,AIRBN, Deliveroo…)
Jaime Cedrún