«Es el peor grupo que ha pasado por Supervivientes'». No, no empiecen a insultarme porque no lo ha dicho servidora sino Saray, esa diseñadora gitana que se dio a conocer en Los Gipsy Kings y que ahora no va a tener ya tiempo para hacer tantos vestidos de boda como la van a encargar después de su estrellato definitivo. A este paso, las 3.000 Viviendas, el nombre del barrio sevillano donde vive, va a terminar sirviéndola a ella para llamar en conjunto a todas sus posesiones.
Bueno, si no sale de la isla por patas, porque en los Gipsy ella podía poner a parir a quien quisiera, por ser la protagonista, pero aquí no deja de ser una más, y no precisamente de las que a nadie importaría que no estuvieran. Curiosamente, a ella le ha dado por atacar un día sí y otro también a Mayte Zaldívar, una de las más cercanas a ella en cuanto a edad.
La gitana, como ya dejó claro en el programa de Cuatro con su hija, no consiente que nadie vaguee más de la cuenta y no le vale eso de la comprensión de María Jesús hacia Mayte de que ésta sea la que menos trabaja porque «es viejilla, pobrecita». Por eso no traga ni a la ex de Julián Muñoz ni a su pareja Fernando, «deberían llevarlos a un asilo, porque son la tercera edad». De él incluso se atreve a poner en duda su capacidad intelectual, «es un burro», sabedora que ella está opositando para entrar en la Real Academia de la Lengua.
De seguir en la isla quizás no tarde mucho en atacar a María Lapiedra. Si al tal Fernando le ha llamado eso imaginarme no quiero, como diría Yoda, lo que podría decir de ésta, ya sea por su pasado en el cine de adultos como por los cuernos que le hizo poner a Gustavo González a su mujer, a la que, encima, la exactriz porno ha tildado en la isla de ‘tonta’ y ‘vaga’, “cuando él vivía en Madrid nos veíamos casi todos los días, le decía a su mujer que iba a trabajar… yo creo que se hacía la tonta o le interesaba estar así y no trabajar. Aburrida pero cómoda”. Vamos, algo así como lo de ‘encima de puta pongo la cama’.
Mucho más activa que Lapiedra está por el momento otra ‘echá palante’ como es Sofía Suescun. En una semana, la que fuera ganadora de Gran Hermano ya ha dejado al novio que dijo tenía fuera cuando entró, Alejandro Albalá. La culpa al parecer la tiene Logan, el modelo considerado el hombre más guapo del país por Míster Global España 2017, y que no sólo aporta belleza a la relación (el asturiano es estudiante de Economía, sino que es jugador de fútbol, profesor de padel y opositor al cuerpo de bomberos ovetense). Guapo, modelo, bombero, listo… Al chico sólo llevarse el dinero del reality para ser perseguido por toda Asturias por Sofía y hasta por la madre de ésta, Maite, la conductora de autobuses más famosa de España.
Eso sí, tendrá que tener mucho ojo con Romina Malaspina, por mucho que ésta ande de momento más metida en guerras particulares con Mayte Zaldívar y su chico, que parece no caerle muy bien («es un inservible. Que me venga a hablar mal este viejo bizarro… Que se vaya con su carita de orto a otro lado. Que se vaya al medio del mar y se ahogue»).
Con sus palabras ya se ha echado a la policía encima en caso de que a Fernando le pase algo en la isla, pero no sé si eso sería peor que tener como enemiga a Sofía Suescun. Romina, como ella, está avezada en realities (estuvo en la versión argentina de Gran Hermano y en el chileno Doble tentación), y sabe que, como en Operación Triunfo (¿verdad, Alfred?) un noviazgo te garantiza llegar muy lejos.
Novio o no ya de Sofía, Alejandro Albalá se ha garantizado un buen dinerillo por su presencia en el plató de Supervivientes. Ya no tendrá que consolar a su chica, si es expulsada, y por el contrario sí tendrá que seguir escuchando calificativos de «cornudo, cornudo», como le dijo otra experta en realitys como Oriana Marzoli, a la que sin embargo resbalaban las palabras del ex de Chabelita cuando criticaba las operaciones a las que se había sometido la chilena. A este paso Telecinco debería apostar por un programa o escuela en el que se buscara al concursante ideal de un reality. Buscar y formar ‘bichos raros’, los ‘X-Men’ televisivos. Habría tortas por entrar.
La mosca