sábado, noviembre 23, 2024
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La ‘destroyer’, el ‘pinzao’ y la ‘intervenida’, ¡Vaya supervivientes!

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‘Que me traigan la cabeza del que haya hecho el casting de Supervivientes’. Esa es la petición que debe estar meditando hacer Paolo Vasile viendo la mierda de supervivientes que le han llevado esta vez a Honduras. Por mucho que le siga funcionando la audiencia, a este paso, con tanta baja, el espacio les va a salir por un pico al necesitar tanto sustituto para rellenar, sin contar con viajes muy  bien pagados de Chabelita y Alejandro Albalá a la isla (qué jeta tienen los dos). 

Dos concursantes, dos, y ninguno la ‘abuelita’ Maite Zaldívar, habían decidido abandonar, y de manera voluntaria, sin que la audiencia lo haya pedido. Los dos, eso sí, por motivos muy dispares. Una, por no querer salir en las noticias por haberse cargado a nadie, y otro porque necesita seguir tratándose en el psicólogo y en esa playa no consigue encontrar ninguno.

Los dos parecían haber pasado hasta de las posibles consecuencias financieras que se les puedan avecinar (el irse por su cuenta y riesgo no sólo conlleva el dejar de ingresar dinero sino además una penalización económica, al menos sobre el papel), como bien les aclararon a su marido y a su mejor amigo, respectivamente, que les recordaron a qué se estaban exponiendo. A los dos se la trajo al pairo en un principio lo que les dijeron, pero al final ella sí recapacitó por este motivo y anunció a la organización que seguirá. 

«Me voy porque conozco mis límites. Las personas que me conocen y me quieren saben que estoy aguantando mucho. Como una se conoce no se conoce nadie, y quiero que cuando me vaya España no diga ‘esto no tuvo que haber pasado'». No, no son palabras de Liam Neeson, Charles Bronson o cualquier otro ‘justiciero’ de la gran pantalla, sino de Saray, esa ‘gipsy kings’ que parecía que podría haberse marcado ‘un Hannibal Lecter’ de continuar en Honduras. 

Eso sí, por una vez parece que al final hizo caso a su marido, Jorge, que le pedía que no regresara a España, «no puedes volver como una perdedora. Si la tienes que formar, fórmala. ¿Tú sabes las consecuencias, verdad?». Aunque ella le dejó claro que «quiero salir como una señora y mi imagen vale más que todos los realities del mundo», la ‘pela es la pela’ hasta en el mundo gitano, o sobre todo en éste, y parece que ha guardado su genio… al menos de momento.

El actor, por su parte, quiso justificarse explicando que lo estaba pasando muy mal desde el primer día, que sufre ansiedad y que desde hace unos meses se estaba tratando con psicólogos. ¿Sufrió amnesia y no recordó eso en el momento en que le propusieron la aventura? Su amigo Abraham García, que le recordó que «yo estuve el primer mes que me quería morir y luego gané», hasta intentó otra estratagema para que se quedara en el programa con una palabra clave, «recuerda esto: Hacienda», y fue incluso más claro aún, «cuidado, que sabemos también por qué estás ahí. Has ido a solucionar tus problemas tanto económicos como psicológicos».

Para él, ni estar presuntamente arruinado o ‘pinzado’ son taras suficientes como para seguir en Honduras, «tal y como yo estoy mentalmente, no puedo con ello, llevo todas las noches soñando con comida y no me merezco esto”. Y yo sueño con ‘súpermosca’ todas las noches y tampoco me merezco el tener que ver un programa como este pero lo hago. Si te comprometes a algo, cuando menos tienes que intentar hacerlo lo mejor posible chaval. A ver quién es el guapo que te contrata ahora para una peli o serie de TV sabiendo que te puede dar el ‘yuyu’ en cualquier momento como el catering del rodaje no esté bueno y a su hora. 

Mira a María Lapiedra chaval. La chica (por cierto, este finde vi en una cadena de TDT su intervención en ‘Torrente 4’ y comprobé su récord de Guinnes a la hora de enseñar sus tetas más veces en menos tiempo, con ‘mamadilla’ incluida al protagonista) también dice estar pasando su peor momento en Supervivientes, por culpa, según ella, de que «se me ha encapsulado algo en el labio. Me han dicho que me lo tienen que sacar pero aquí no, cuando regrese a España». No sean malos y no intenten buscarle explicaciones a dónde estará la raíz de su ‘encapsulamiento’. No sé si tiene más gracia la ‘jodía’ cuando dice eso o lo de que «es un rollo ser yo misma», o que «no me encuentro», o lo de que le da pena que maten a peces. Comparado con esto, la contractura de Fernando Marcos, el chico de la geriátrico, se la tendrían que quitar a garrotazos por soplagaitas. 

La mosca

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