Cuando hayas leído el titular, casi seguro que, en el mejor de los casos, habrá pensado en el 76 aniversario de la muerte de Miguel Hernández, en la cárcel de Alicante, mientras pelaba la cebolla de una vida que hubiera querido, al menos, terminar entre los suyos, junto a su mujer y su hijo.
No, tampoco se trata de otro poeta del pueblo como Marcos Ana, que bien merece también artículos y crónicas frecuentes.
Me refiero a Andrés García Madrid. No lo busques en la Wiquipedia. Son pocas las menciones que encontrarás sobre él en Internet, a excepción de alguna referencia a varios de sus libros publicados hace muchos años y que aún puedes conseguir, de segunda mano, en algunas librerías y salvo unas pocas reseñas de la convocatoria, o de la concesión, del premio de poesía que lleva su nombre en la Fundación Ateneo 1º de Mayo de CCOO de Madrid.
Andrés García Madrid, era un conocido y reconocido poeta, un sindicalista de las CCOO, un habitante de Getafe al que sus vecinos y vecinas hicieron concejal del PCE en aquellas primeras elecciones municipales .
Sin embargo, cuando vivía, Andrés García Madrid, era un conocido y reconocido poeta, un sindicalista de las CCOO, un habitante de Getafe al que sus vecinos y vecinas hicieron concejal del PCE en aquellas primeras elecciones municipales celebradas en democracia, tras una dictadura contra la que había luchado incansablemente. Hoy un parque de Getafe está dedicado al poeta Andrés García Madrid.
La Tertulia poética del Ateneo 1 de Mayo, en la que comencé mis pinitos como poeta, a ratos perdidos de tardes extraviadas, llevaba su nombre cuando ya la dirigía otro gran olvidado, el Indio Juan, aquel argentino cuyo emocionante y emotivo discurso de despedida para todas nosotras y nosotros, se titulaba algo así como Nada es casual. Lo utilicé para prologar mi primer poemario La Tierra de los Nadie.
El hijo del gran poeta chileno Gonzalo Rojas Pizarro (Premio Reina Sofía de Poesía y Premio Cervantes), decía, en una entrevista, que Chile es país de poetas, donde nadie lee poesía. Si eso ocurre en Chile, que podríamos decir de esta nuestra madre España, ese país de todos los demonios, del que hablaba el tío catalán de Esperanza Aguirre, el también poeta Gil de Biedma.
Es nuestra España país de ripios fáciles y “cuentistas” que no escriben cuentos. No es que haya pocos lectores de poesía, sino que casi nadie lee nada.
Si hacemos caso a las estadísticas publicadas, un tercio de las personas no lee nunca en España y otro tercio lo hace sólo por estudios, o por trabajo. A más de la mitad de los españoles sus padres nunca les leyeron un cuento.
Somos un país de grandes desigualdades y contrastes. Sigue existiendo una España profunda, no necesaria, ni exclusivamente, de carácter geográfico. Este año el número de poetas que han concurrido al Premio de Poesía Andrés García Madrid ha superado las 670 personas. Uno de los premios literarios con más audiencia, que se ha ido consolidando desde que decidimos crearlo allá por el año 2000.
Los ganadores del premio suelen ser poetas que, antes o después, consiguen otros reconocimientos nacionales o internacionales. A lo largo de estos años han formado parte de sus jurados escritores como Carlos Álvarez, o Manuel Rico, junto a jóvenes poetas que comienzan su andadura.
Acabamos de entregar los premios de este año, en las inmediaciones del Día de la Poesía, en una sesión en la que hemos podido escuchar las voces de los ganadores, leer poemas de Andrés García Madrid y escuchar las creaciones de otros poetas que han decidido participar en la lectura libre de poemas que promovimos a continuación.
Desde ese día, le he dado vueltas a una idea que me trasladó el hijo de Andrés. Recopilar su poesía y reeditarla. Me parece un proyecto encomiable al que hay que dedicar algún tiempo. No sólo por la familia y por quienes le conocieron. No sólo porque Andrés forma parte de nuestra memoria. Sino porque me parece de justicia y va siendo hora de que los poetas del pueblo sean conocidos y reconocidos. Y Andrés García Madrid era uno de ellos.
Javier López