viernes, noviembre 22, 2024
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ETA: vuestro legado es la muerte

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El telón ha caído. Los comediantes que os acompañan vuelven a sus acomodadas jubiliaciones y sillones pagados con impuestos de los asesinados y asesinadas. Vosotros, alegres muchachos y muchachas asesinos, desaparecéis. Hasta nunca.

Sin lograr uno solo de vuestros objetivos- salvo el de la amenaza permanente a la democracia y la izquierda y a los derechos públicos-, habéis sido derrotados sin paliativos.

Os ha vencido la fuerza de quienes asesinasteis y de quienes dejasteis heridos y heridas, la democracia que despreciáis y la despectiva ignorancia de los pueblos en cuyo nombre apretabais el gatillo.

No; no hay legado. alegres y asesinos muchachos y muchachas más envejecidos que vuestra propia causa. Solo un irremisible quejido de muerte, dolor y hartazgo democrático.

Solo seréis merecedores de una historia  de desprecio. Fuisteis inútiles y , aunque lo olvidamos muy a menudo, nos hicisteis más fuertes y fuimos, siempre, más.

 

No; no hay legado. alegres y asesinos muchachos y muchachas más envejecidos que vuestra propia causa. Solo un irremisible quejido de muerte, dolor y hartazgo democrático.

 

Se había podido salir , cobarde muchachada del tiro en la nuca, con cierta dignidad del asunto: solo había que aceptar amnistía, democracia y constitución. Pero lo que vuestra soberbia decidió fue sumaros al Grapo y a los golpistas contra la transición que, como vosotros, quienes os acompañaban hoy desprecian.

Se había podido salir cuando desapareció el golpismo, con menos dignidad pero con utilidad para todos, en muchas de las negociaciones en las que hicisteis trampa, pero decidisteis tratar a los demócratas como fascistas.

Esto es una costumbre típica del radical populismo pequeño burgués: la buena ira, la buena muerte, la buena paliza, el buen tiro en la nuca, el odio, el insulto, valen más que una buena conciliación democrática.

Adiós; que os den; hasta nunca.

 

Es de esperar, la democracia siempre es más generosa que el asesinato, que os llegue algún beneficio.

 

Todos sabemos que la ausencia de violencia produce dividendos. Vosotros y vosotras, alegres asesinos sin causa, aspiráis a quedaros con todos los réditos. Los demás aspiramos a que los beneficios pertenezcan al pueblo que, muerte a muerte, habéis despreciado.

Es de esperar, la democracia siempre es más generosa que el asesinato, que os llegue algún beneficio. Como los violadores, saldréis de la cárcel sin rehabilitación, la democracia dará a vuestras familias la paz y el alivio que negasteis a las de vuestros asesinados y asesinadas. Eso nos seguirá haciendo fuertes. No importan vuestros beneficios: ha sido nuestra generosidad y la de las víctimas la que nos hizo fuertes.

Tampoco importa que alguien de vuestra peña sea funcionario político de por vida. Bienvenidos a la democracia. Sabed que  no vivir en una cárcel o ser diputado autonómico era sencillo: miles de personas, de Algeciras a Instambul  o de Bilbao a Tarifa, lo han hecho con decoro. No; no habéis conseguido nada alegre muchachada asesina.

Ni Colombia ni Irlanda. Ni Vietnam ni Angola. Ni negociación ni acuerdo. Vuestra derrota nos hizo daño, sí, pero patético movimiento de liberación que no ha liberado a nadie.

No; no os mandamos al basurero de la historia. Los demócratas sabemos que significa eso, es lo que a vosotros y vosotras os gustaba. Os queremos en la historia como ejemplo de ignominia, de mentira, de asesinato, y de proclama  inútil.

Más allá de la muerte que habéis provocado, duele la infamia de que hayáis utilizado el nombre de la izquierda y la tradición del movimiento obrero. Cada tiro, cada bomba, condenaba un día más a los antifranquistas presos. Cada extorsión condenaba a un trabajador o trabajadora más al sufrimiento. Cada muerte reducía los derechos civiles de la mayoría. Alegres y asesinos patriotas habéis sido un suplicio para la izquierda y la democracia.

En realidad, es lo que os gustaba. Que Camdessus, exjefazo del FMI y representante del imperialismo, aplauda junto a Otegui es lo que mola. Hay que vacunarse contra la izquierda para el futuro.

La libertad siempre fue nuestra, siempre fuimos más y siempre fuimos mejores. Vuestro legado solo es la muerte.

 

 

 

 

 

 

Juan B. Berga

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