domingo, noviembre 24, 2024
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¿Por qué los editores marchan con demasiada frecuencia dos pasos por detrás?

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Vamos a centrarnos en los editores españoles de medios de comunicación, especialmente en los grandes, Prisa, Vocento, Unedisa, Zeta, La Vanguardia, Prensa Ibérica, etc. Otro día hablaremos de los digitales puros, que tienen distintos perfiles. En los últimos 20 años, desde la llegada de Internet, han cometido enormes errores en demasiadas ocasiones. Con excepciones, claro, pero la tendencia es apabullante.

En una histórica reunión de lo que entonces era la AEDE (grandes editores) acordaron dar en Internet en abierto básicamente todos sus contenidos. Los intentos posteriores de cobrar, muy modestamente, por contenidos, en ciertos casos, resultaron un clamoroso fracaso. Y de fracaso se puede tildar los quioscos digitales, Orbyt y Kiosko y Más, seis años después de su puesta en marcha. Ahora, en este verano de 2018, parece que los editores españoles se lanzan tímidamente a los muros de pago. “La Vanguardia” ha sido el último de los diarios generalistas que se lanza a implementar un muro de pago a un año vista. No lo tienen fácil. Como consecuencia del error histórico, el público español se encuentra entre los más reacios de Europa a pagar por la información. Algunos siguen sin entender que no basta con poner una tarifa, por baja que sea, y levantar un muro. La noticia, pura y dura, es ya una “commodity” gratuita, replicada hasta la nausea por muy diferentes circuitos y soportes. Los diarios españoles generalistas, por ejemplo, usan y abusan de la noticia, muchas son auténticos clones sin valor añadido. Las portadas se siguen haciendo como hace veinte años, la misma estructura, con unos titulares que son del día anterior, haciendo el ridículo en el quiosco. Veamos algunos titulares de “El País”, por poner un ejemplo, en días recientes, de apertura: “Sanchez, presidente”, “La Audiencia de Navarra deja a La Manada en libertad provisional”, “El Supremo condena a cinco años y 10 meses a Urdangarín”. Cuando el producto impreso llega al quiosco, esas noticias ya las saben hasta los “homeless”. Como si Internet, las redes sociales, le TV y la radio, no existieran. Que 20 años no es nada.

En los últimos años, los diarios impresos en España han perdido en términos generales el 65% de su facturación publicitaria y más del 50% de su difusión real. Y siguen cayendo, a pesar de la que economía española se ha recuperado con un crecimiento en torno a un sólido 3%. El modelo está roto, no puede recomponerse, pero muchos no lo quieren ver o hace como si no lo vieran. Porque los directivos de las empresas, después de despedir a varios directores de medios y a un sinfín de profesionales, siguen en sus zonas de confort, en sus sillones.

Mientras, el mundo mediático globalizado está asistiendo a una explosión de innovaciones y cambios disruptivos de todo tipo, empujados por cambios tecnológicos exponenciales, desde Big Data, Inteligencia Artificial, Cadena de Bloques, Realidad Virtual…Netflix arrasa a la televisión tradicional y a la de pago y empuja a los gigantes tecnológicos a fusiones de alto riesgo. Disney compra la Fox y se va a convertir en al líder global de la propiedad intelectual, con todo lo que ello conlleva. Una teleco, AT&T, está cerca de comprar Time Warner por 85.000 millones de dólares y otra teleco, Comcast, quiere subir la apuesta. Netflix, en muy pocos años, ha superado en valor de mercado a Comcast o a la propia Disney, pero solo tiene 5.500 empleados, una fracción de sus rivales.

Los editores españoles deberían tal vez leer más, www.media-tics.com, por ejemplo, todos los días, asesorarse. A alguno les va a llevar la corriente.

Miguel Ormaetxea

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