Tienen 3,4 y 5 años y no lloran cuando su mamá les da el beso de despedida en la puerta del colegio. Ni la miran marcharse ¿Milagro? No. Es el efecto de cuatro perros que reciben hoy, el primer día de clase, a los niños de infantil y primaria de este colegio de Barcelona, el León XXIII.
Es un experimento pionero de la Fundación Affinity cuyo objetivo es rebajar los niveles de estrés de los alumnos, que han pasado todo el verano con sus familias, pero también de padres y profesores. No es agradable dejar a tu hijo pequeño berreando junto a la profesora. Hoy no ha ocurrido. Todo gracias a Milú, Darwen, Summer y Lilu. Los cuatro perros se dejan acariciar por una decena de niños, que les chillan, les piden la pata, les dan chucherías y quieren jugar a la vez con ellos. Y ni se inmutan. Reparten lametazos con tranquilidad haciendo las delicias de los alumnos.
Así, ¿quién se acuerda de mamá y papá? Uno, que ha llorado un momento, se ha tranquilizado acariciando al animal, cuenta una de las profesoras del centro.
«Se trata de una iniciativa pionera, que busca crear una experiencia única para el primer día de colegio y ayudar a aquellos niños a los que les resulta complicado enfrentarse a los primeros días», asegura la Fundación Affinity. «Empezar el colegio puede llegar a ser un gran reto para los más pequeños, ya que deben adaptarse a una nueva rutina, entorno y compañía. Además, en ocasiones también resulta ser la primera vez que tienen que separarse de sus padres o familiares, un hecho que puede llegar a ser muy difícil. Por todo ello, las escenas de niños llorando a las puertas del colegio es muy habitual», añaden.
Además de aportar una mayor tranquilidad, los estudios indican que la interacción con perros en el colegio aporta otros valiosos beneficios: mejora de las habilidades de lectura y de lenguaje de los niños, incremento de las capacidades sociales u emocionales y mejora de las habilidades motoras.
“Queremos que los niños y sus familiares puedan interactuar con los perros, acariciarlos, jugar con ellos… el objetivo es que aquellos niños que tengan más problemas para separarse de sus padres tengan un apoyo extra y otro foco de atención, y que así puedan tener una experiencia más satisfactoria el primer día en el colegio. Los perros aportan tranquilidad y bienestar pueden llegar a cambiar el estado de ánimo tanto para los niños como para los padres”, asegura Maribel Vila, responsable de Terapias de Fundación Affinity.
Milú incluso ha asistido a la primera clase de inglés: «Milú, sit down», le pide su adiestradora. Uno de ellos, fascinado por la perra, le ha gritado: ¡Te quiero, Milú! Otra proclamaba seria su decisión: «Quiero un perro». Pero ese será otro problema paternal. Cómo decir ahora que no después de tocar tan de cerca el mayor sueño infantil.
Noelia Camacho