Han comenzado una recogida de firmas en Change.org para pedir al Ministerio del Interior una ley que regule la pirotecnia, sobre todo la venta, ya que «encontramos locales que sin cumplimiento de ninguna normativa de seguridad, venden artefactos explosivos a menores y mayores sin control».
Muchos perros sufren terror ante el lanzamiento de petardos en parques y jardines. Y la razón es que «los perros escuchan hasta los 60.000hz, mientras que el humano a partir de 20.000hz no llega a oír nada».
Su sensibilidad auditiva es mucho mayor y por tanto, también las molestias que le causa este estruendo. Por esta razón al oír las explosiones salen huyendo. Cientos de perros se pierden así cada año, con el peligro adicional de provocar accidentes de tráfico. Este es sólo uno de los muchos llamamientos en redes sociales:
ES URGENTE POR FAVOR AYUDA
Mi Lola se ha escapado no damos con ella, sono un petardo y salió corriendo, llevamos desde la 13h buscandola……si x suerte alguien la encuentra que me avise 685947709 estamos desesperados https://t.co/Xw7JK6VO8e pic.twitter.com/D6dgKov86k
— Susi (@Susi40416371) 16 de septiembre de 2018
«Los petardos y otros instrumentos crean directamente lesiones en nuestras mascotas que en ocasiones acaban en fallecimiento por paro cardiaco y situaciones de escape», asegura Victoria Lacalle, que ha comenzado la recogida de firmas en Change.org. Según sus datos, «se calcula que la noche de San Juan hay entre 3 y 4 veces más avisos que una noche normal, pero es importante mencionar que el grupo con más bajas aunque menos contabilizado es el de las aves, que caen de los nidos, huyen desorientadas falleciendo por paros cardiacos o golpeadas».
El ruido también perjudica a las personas
Existen miles de personas con ligirofobia. Es un miedo irracional a ruidos fuertes, agudos, y repentinos. No pueden soportar ruidos como la explosión de un globo o petardos. Les crea enorme ansiedad. También a los que padecen autismo, que sufren al oír las continuas explosiones.
La Policía Municipal raramente logra identificar a los individuos que los hacen estallar en la calle, no hay apenas denuncias por estos casos y tampoco existe control de su compra. Los adquieren menores, se pueden comprar por internet…
«Ni se controla el método de envío, que puede ser perfectamente por correos, sin que el cartero o mensajero sea consciente que está transportando X cantidad de explosivos sin precaución. Tengamos en cuenta que un petardo normal lleva 0.5 gramos de pólvora, un cohete entre 0.5 y 15 gramos, una traca 20 gramos que pueden ser adquiridos por menores de 18 años, y un cartucho de caza de 34 gramos (de peso) lleva tan sólo 2,17 gramos de pólvora (cinco petardos pequeños que pueden ser adquiridos por internet)», asegura la petición de una ley que controle la pirotecnia.
Cambio legal de la pirotecnia
La petición de Change, que además convoca una concentración el próximo domingo 21 de octubre en la plaza de Callao de Madrid, exige una modificación legal de la venta y el uso de la pirotecnia para prohibir «hacer estallar en la vía pública o en cualquier espacio al aire libre, petardos, cohetes, tracas y artificios pirotécnicos similares sin que exista autorización previa administrativa y con los controles pertinentes».
Además piden que «cualquier actividad pirotécnica en fiestas populares» tenga «autorización de la administración competente que incluirá un proyecto con las medidas para evitar accidentes y molestias a las personas y animales o daños a las cosas».
Y sobre la venta de productor pirotécnicos, solicitan que no se puedan vender «sin la presentación de la preceptiva autorización otorgada al comprador que siempre ha de ser mayor de 18 años». Incluso piden que se de preferencia a la uso de «artificios pirotécnicos sin ruido» para reducir las molestias acústicas.
Noelia Camacho