El Centro de Investigaciones Sociológicas es mucho más que un termómetro para medir la fiebre pasajera del cuerpo social. Ninguna otra empresa demoscópica dedica tan importantes recursos a pulsar la opinión de los españoles en una proporción tan grande de entrevistados. La serie continuada de preguntas que se conservan en sus archivos permiten ir componiendo la evolución de fondo de la sociedad española más allá del renglón que ocupa los titulares de los medios y que se refiere, precisamente, a su trabajo más controvertido y puesto bajo sospecha: la intención de voto.
La utilización del concepto” cocina” para referirse con carga despectiva al trabajo posterior a la recogida de datos ha perjudicado el crédito de los equipos profesionales que, precisamente, tienen la misión de ponderar los varios factores que pueden perfeccionar el trabajo de campo. La “cocina” existe hasta en la selección de los “platos”. Quiero decir los distintos colectivos seleccionados para ser entrevistados. También la fecha de recogida de datos, sobre todo en una dinámica tan fluida como la española, a golpe de impactos escandalosos y revelaciones que cuestionan de la noche a la mañana las biografías de los actores de nuestra escena política, condiciona la fiabilidad de los resultados a la hora de ser presentados para su consumo por los medios y los ciudadanos.
Hoy, por eso, más importante que discutir los porcentajes adjudicados a los partidos, es útil fijarse en otros apartados del informe. Por ejemplo,estos datos muy esclarecedores:
¿cree Ud. que la situación política actual del país es mejor, igual o peor que hace un año?
Mejor 14,4
Igual 47,4
Peor 34,4
N.S. 3,4
N.C. 0,4
Y, ¿cree Ud. que dentro de un año la situación política del país será mejor, igual o peor que ahora?
Mejor 14,9
Igual 40,6
Peor 24,8
N.S. 19,3
N.C. 0,3
Aconsejaría a los políticos en activo que se preocuparan por trasladarnos a los españoles una mayor dosis de optimismo y confianza. Porque no se trata-no debe tratarse- de votar al menos malo.
Eduardo Sotillos