En Iberoamérica no tenemos normalmente una asociación neurolingüística muy provechosa de lo que es el trabajo como fuente de felicidad para la vida, y le damos una connotación negativa de carga y sacrificio.
Cuando a los veinte años alguien me preguntaba por el trabajo, siempre respondía: «Ahí voy, en la lucha». Daba al trabajo la denominación de «lucha», algo completamente alejado del concepto de felicidad. Y considerando que la vida productiva es nuestro segundo mayor tiempo de dedicación (el primero es dormir), imagina el cansancio que implica estar «luchando» una parte tan importante de la existencia.
En las empresas, la gente se desconecta de su pasión porque no tiene mecanismos para lidiar con un mundo corporativo tan volátil, incierto, cambiante y ambiguo como el actual (mundo VUCA, por sus siglas en inglés).
Entonces vemos el incremento del burnout o la fatiga laboral como causa de ansiedad y estrés continuado, que termina afectando la productividad de cualquier compañía.
Hoy en día están en boga los conceptos de salario emocional (ofrecer a los colaboradores beneficios que trasciendan lo material), así como la búsqueda de relaciones genuinas entre los actores del entorno laboral como mecanismo de contención.
En 2018, el listado de The Great Place to Work de las 25 empresas más felices a nivel global, destacó a Salesforces, en el puesto uno, con 27.070 colaboradores; la cadena de hoteles Hilton, en el segundo, con 161.000; Mars Inc. en el tercero, con 100.000; Intuit Inc., con 8.781, y The Adecco Group en el quinto lugar, con 33.000.
De las primeras cinco, al menos dos corresponden al sector de la informática y la tecnología. Todo un logro, considerando que en ambos campos se exacerba el mundo VUCA.
Debemos asociar el tiempo productivo al tiempo grato. En este sentido, muchas empresas han implementado salas de meditación para sus colaboradores, donde establecen una nueva relación de vida con el trabajo. Más sana, más productiva, pero también más feliz.
En todos estos años he impartido centenares de conferencias en empresas para abordar el concepto de felicidad productiva. Y ahora hemos desarrollado la aplicación Escala Meditando, cuya categoría sobre mindfulness en el trabajo busca equilibrar dos mundos aparentemente antagónicos.
Nuestro mayor capital no está en una cuenta bancaria, sino en la cantidad y calidad de las relaciones genuinas que alimentamos desde el amor. Y una de ellas, inevitablemente, está relacionada con el trabajo.
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