Leo en este mismo periódico que Pablo Casado y el PP podrían estar pensando en votar a favor de la moción de censura presentada en su momento por VOX y que aún no sabemos muy bien cuando será presentada en el Congreso. La verdad es que no parece que el Señor Abascal y compañía tengan mucha prisa por presentarla a pesar de la según ellos grave situación de España. Si a Casado alguien le está aconsejando votar a favor de esa moción de censura, no puede ser otro que su peor enemigo. Esa moción no es una moción de censura contra el gobierno, es todo lo contrario: una moción a favor del gobierno.
VOX lo único que quiere con esa moción de censura si es que la acaba presentando es que (como suele decirse) le hagan casito. Según se ha podido leer presentará esa moción un candidato de ese partido en Cataluña que ha sido el segundo plato o incluso el postre, ya que antes el partido ultraderechista se lo había pedido a varias gentes más. Incluso a gentes en principio no afiliadas a ese partido. Estamos hablando de un partido que le quiere comer la tostada al PP para tomar la iniciativa de una derecha más dura y rancia. Hablamos de un partido que no respeta el sistema constitucional del 78, ya han dicho en varias ocasiones que si tuvieran poder suficiente acabarían con algunos de los principios básicos que ayudaron a que La Constitución del 78 saliera adelante. Hablamos de un partido que apoya sistemas y líderes populistas y totalitarios (cuando no directamente tiranos con todas las letras). Hablamos de un partido que crea un sindicato con el lema de la Francia de Vichy (un Estado filonazi)… podríamos seguir hablando de este partido, pero para resumirlo sería un tremendo error que el PP de Casado una vez más diera carta de naturaleza a su extremo. El Presidente del Gobierno haría una fiesta por todo lo alto en Moncloa si a casado le diera por votar a favor de esa moción de censura.
Tenemos un escenario actual en España con una izquierda postsocialdemócrata situada económicamente en un viejo keynesianismo que no apoyaría ni el propio Keynes ¿Y frente a eso que tenemos? Una reacción por parte de la derecha que en vez de poner encima de la mesa un discurso transversal de derecha liberal, defendiendo el pluralismo, la libertad individual, la economía de mercado (y no el proteccionismo ni la autarquía) no lo han sabido hacer. Una derecha de esas características populistas, ultraconservadoras, antiliberales y autárquicas, jamás gobernará en España. Lo que sí hará es facilitar que la izquierda gobierne durante mucho tiempo. Ese tipo de derecha además de tener principios y valores que este que escribe y afortunadamente muchos otros no apoyamos, está maldita por el legado clarísimo del franquismo. Este país vivió casi 40 años de dictadura y se vacunó contra un tipo determinado de derecha. Si hubiéramos vivido durante todo ese tiempo en una dictadura de izquierdas, probablemente nos hubiéramos vacunado contra un tipo determinado de izquierda. Pero no fue así. Por eso la derecha siempre que ha gobernado en España en periodo democrático, lo ha hecho desde unas posiciones moderadas y de centralidad. Cuando la derecha en España ha sido vista por una mayoría como demasiado conservadora, simplemente no ha gobernado.
Lo que sería necesario en este panorama es que el centro-derecha sea capaz de una vez de articular un discurso que es el único capaz desde el punto de vista intelectual y político de hacer frente al extremo izquierdo. A un extremo no se le gana desde otro extremo. Los extremos se tocan. El centro-derecha debiera hacer una defensa del capitalismo liberal y situarse frente a los dos populismos (el de izquierdas y el de derechas). Ese discurso es el discurso liberal. Y no solo desde planteamientos económicos. Hay que apostar por esa mayoría social (yo pienso que sigue siendo mayoritaria en España) que a mí me gusta llamar la Tercera España. Gentes que creemos en la pluralidad de valores y que no tenemos una idea sectaria de la vida. Esa Tercera España está siendo (como tantas veces a lo largo de nuestra historia) sepultada por las otras dos. Hay tiempo para dar marcha atrás, pero desde luego no será de la mano de ningún extremismo.
Álvaro Lodares (Economista).
Álvaro Lodares