Hoy España está gobernada por personas que no tienen nada en común. Un diputado por Teruel, cinco de Bildu, independentistas catalanes, populistas de izquierda. ¿Los votantes de Teruel Existe quieren que Bildu sea su compañero de viaje apoyando un gobierno de colación social populista? ¿Los cántabros quieren que los trece independentistas de ERC manden en España?.
En los últimos años aparecieron en España muchos partidos que, con mayor o menor éxito, rompieron el bipartidismo del Partido Socialista y del Partido Popular. Organizaciones políticas creadas después de años de crisis económicas, de abandono de las ideas y valores de los grandes partidos, de casos de corrupción generalizada y de falta de liderazgos que ilusionaran y generaran esperanza en los ciudadanos.
Nacieron así partidos populistas como Podemos y VOX; y partidos de provincia como Teruel Existe o regionales como ERC, JxCat o PNV que vieron ampliada su presencia en el Congreso por querer solo mejorar sus territorios, dejando en un segundo lugar las políticas para el conjunto de los españoles. Fragmentaron el arco parlamentario y dejaron en manos de minorías gobiernos que se vieron abocados a pactar leyes y políticas que, en vez de mejorar a las minorías, dañaron a una gran mayoría de ciudadanos.
Los partidos de los extremos generaron ilusión a la par que división entre los españoles. Un riesgo que nadie quiere valorar pero que generó y sigue generando odio, rencor, división y tristeza en una gran mayoría de españoles.
Este Gobierno promovió esa división pensando que dañaría aún más al principal partido de la oposición; que con eso ganaría espacio en el centro izquierda y dividiría al centro derecha español. La realidad muestra lo contrario. Hoy los partidos de izquierda recogen malestar en sus votantes y abucheos en las calles mientras piensan que esos ciudadanos son unos desagradecidos por no aplaudir sus “avances sociales”.
Las coaliciones de gobierno han nacido por un interés partidista y no el de mejorar la vida de los ciudadanos. Se está demostrando en los gobiernos de coalición de España y de Castilla y León.
Los españoles necesitan cada día más que las dos grandes formaciones políticas sean fuertes. Partidos que desde la diferencia han generado los mejores años de progreso en España, liderados por gente preparada y con experiencia. Partidos que pongan en valor sus ideas y al ciudadano en el centro de las políticas públicas; que generen puntos de encuentro y no más división, más odio y revanchismo.
Lucas Barra