Luis, madrileño de 70 años, se siente engañado. Engañado y frustrado. Porque después de toda una vida trabajando en un pequeño negocio familiar que se dedicaba a la gestión de locales comerciales, ha recibido una extraña notificación de una empresa que no conoce que quiere subastar su vivienda familiar, situada en el distrito de Tetuán. Ya jubilado, ha tenido que recurrir a unos abogados para no perder su piso.
Y es el que caso tiene su miga y Luis ha tenido que leer muchos papeles para comprender qué es lo que le ha pasado y por qué le quieren quitar su casa. Esta historia comienza en noviembre de 2007, cuando la empresa familiar de Luis pide un préstamo a Caixabank de 250.000 euros para intentar reflotar un negocio que necesitaba un empujón económico. La crisis que llegaría con fuerza en 2008 ya empezaba a golpear un año antes.
Como garantía del préstamo, la empresa de Luis aportó una vivienda situada en la calle Comandante Zorita, en pleno barrio de Cuatro Caminos y muy cerca de la zona económica de Azca. De hecho, el valor de la vivienda en ese momento, según la tasación que se aportó, era de 452.515 euros, 200.000 euros más que el crédito solicitado. El préstamo se debía devolver en 180 cuotas mensuales, es decir, en 15 años.
Pero la crisis no ayudó y el negocio de Luis fue mal. “Fueron años complicados”, señala Luis a Estrella Digital. Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), entre 2007 y 2012 la gran recesión económica que vivió España se llevó por delante 210.000 sociedades. Y mucho locales tuvieron que cerrar. Por eso, en enero de 2013, Luis y su pequeña empresa dejaron de pagar el crédito cuando aún debían a banco 185.000 euros.
Caixbank inició entonces a finales de 2013 un proceso de ejecución hipotecaria que acabó en el Juzgado de Primera Instancia número 100 de Madrid. Luis intentó renegociar y ganar tiempo, y le sorprendió que el banco, con el paso de los meses, no quisiera sacar la vivienda a subasta para recuperar parte del crédito.
Cuatro años después, en enero de 2017, sin que Luis supiera nada, Caixabank decidió transmitir el derecho real del préstamo a un fondo buitre de Luxemburgo, bautizado Alkali Europe III SARL. Es normal que muchas entidades financieras vendan grandes paquetes de créditos fallidos para limpiar su balance de activos improductivos. De hecho, un año antes, en 2016, Caixabank había vendido una cartera importante de estos préstamos por valor de 900 millones de euros.
“Lo que ha pasa es que llegados a este punto entendemos que se estaba cometiendo una irregularidad”, señala José Antonio Gómez, de Lanzos Abogados, que defiende los intereses de Luis. ¿Por qué? “Porque según el artículo 1.535 del Código Civil cuando se vende un crédito, el deudor, en este caso Luis, tiene que ser informado de que están vendiendo su deuda, y tiene nueve días para ejercer el derecho de adquisición preferente, es decir, puede extinguir el crédito pagando el mismo precio que el fondo de Luxemburgo pagó a Caixabank”.
Luis asegura que nadie le informó de ello y que él pensaba que seguía debiendo el crédito a Caixabak. ¿Por cuánto vendió Caixabank el crédito de Luis a Alkali Europe III SARL? No se sabe. En el convenio de cesión no viene. La entidad financiera asegura que se informó al deudor de la cesión de su deuda y de la cuantía de la cesión, algo que según los abogados de Luis debería está apuntado en las escrituras de cesión y no aparece.
Alkali Europe era en 2017 un fondo de inversión desconocido en España. Hoy no, ya que está siendo investigado dentro del ‘caso Titella’, en el que el presentador, productor y famoso ventrílocuo Jose Luis Moreno está imputado por los presuntos delitos de asociación ilícita, estafa, alzamiento de bienes y blanqueo de capitales. Precisamente en ese mismo año, 2017, Moreno intentó reducir las deudas que tenía gracias a este fondo buitre de Luxemburgo.
Alkali Europe III SARL está administrado en España por representantes legales profesionales que actúan como pantalla. Lo que hizo Alkali es comprarle a Bankia en marzo de 2017 la deuda que tenía pendiente de cobro con José Luis Moreno. Según detalla el contrato que publicó El Confidencial, el empresario debía a la entidad financiera 5,8 millones de euros.
El teórico negocio de un fondo como Alkali es exigir automáticamente esa cantidad al deudor para ingresar una cantidad superior a la que ha pagado por el crédito (que ha comprado por un importe menor a la deuda). En ese margen está su beneficio. Sin embargo, la misteriosa compañía de Luxemburgo efectuó otra operativa: vendió rápidamente la deuda de José Luis Moreno a una segunda mercantil. La transacción se cerró en las últimas semanas de 2017 por un importe de 1.840.000 euros. La cifra representa una quita del 60% sobre el principal que reclamaba Bankia.
Una segunda venta
Lo mismo que Alkali hizo con nuestro protagonista, Luis. En octubre de 2019, el fondo luxemburgués vendió el crédito de Luis a otra empresa, Auctus Situaciones Especiales, una firma constituida en mayo de 2019 según el Registro Mercantil. Su objeto social es “la compraventa de toda clase de créditos y préstamos ostentados por personas físicas y/o jurídicas (incluyendo entidades de crédito), incluidos aquellos garantizados como hipoteca que tengan por subyacente bienes inmuebles, con independencia de que hayan sido declarados válidamente fallidos o no”.
Luis tampoco se enteró de esta segunda venta de su crédito, y como aclara su abogado, tampoco pudo ejercer como regula el Código Civil la posibilidad de adquisición preferente de su préstamo porque nadie le informó de ello. ¿Por cuánto vendió Alkali el crédito de Luis a Auctus? No se sabe. En el convenio de cesión tampoco viene. El representante de Alkali que vendió el crédito es Francisco Lapiedra Vivanco. Estrella Digital se ha puesto en contacto con él. No ha querido atender a este medio.
El administrador único de Auctus es Jorge Sanz Gras, un conocido empresario que procede de una familia que impulsó en España la fabricación de volantes de poliuretano y de airbags, creando la Fundación Numa para el apoyo de empresas familiares (no la de Luis, en este caso).
Así que con todo este traspaso del préstamo de Luis, un día se presentaron unas personas que querían cobrar la deuda y que venían de Auctus. “¿De Auctus?”, se preguntó Luis. “Si yo tengo el préstamo de Caixabank. ¿Cómo es posible?, ¿qué había pasado?”, señala a Estrella Digital. La nueva empresa dueña de su préstamo le pedía 265.000 euros, la deuda de 185.000 euros que había dejado de pagar en 2013 más los intereses.
Jorge Sanz Gras asegura que “han cumplido la ley en todo este proceso. Si no fuera así el notario y el registrador no hubiera dado validez a la escritura de cesión del crédito”. Afirma que su objetivo solo es recobrar la deuda subastando la vivienda. “Nosotros no queremos desahuciar a nadie. Nunca lo hemos hecho. Nosotros no tenemos la posesión de la vivienda, solo de la deuda”. Por último, afirma que la escritura recoge el precio que pagó por la deuda a Alkali. En la escritura a la que ha tenido acceso Estrella Digital no aparece el precio de venta de la deuda.
Afortunadamente, los abogados de Luis han conseguido parar este proceso solicitando el inicio de negociación con los acreedores de la empresa de Luis. La cuestión es ganar tiempo. Mientras tanto, el pez grande intenta comerse al chico. Y Luis, ya jubilado, con 70 años, sigue sin entender cómo un simple crédito que pidió a Caixabank para sacar adelante su negocio acabó en Luxemburgo para luego pasar a una empresa de cobros de Madrid que le quiere subastar su vivienda.