La fundación, que lleva realizando su trabajo desde 2001, tiene como misión velar por la justicia con una perspectiva de género. Diferentes grupos y asociaciones pro-feministas luchan por una igualdad en el ámbito judicial.
De esta forma, han repartido su Premio Garrote, que «premia» a la peor decisión judicial, una decisión negativa para la equidad de género, y su Premio Mallete, que galardona un pronunciamiento judicial positivo en materia de igualdad.
En primer lugar, el Premio Garrote de Oro ha sido concedido por la fundación a la Comisión Judicial de Afganistán por el caso Gulnaz, una mujer afgana que, al ser violada, se atrevió a denunciar a su agresor. A cambio, fue condenada a 12 años de prisión por el delito de adulterio. Ella quedaría en libertad, si aceptaba casarse con su agresor.
Y del lado positivo, el Premio Mallote ha sido para el Tribunal Administrativo del Cairo, gracias a su decisión de prohibir las «pruebas de virginidad» a las mujeres detenidas tras las manifestaciones de la Primavera Árabe el pasado 2011.
Estos premios intentan dar conciencia a la sociedad, y de mostrar la importancia de los jueces en el avance de los derechos de las mujeres.