La actriz Jennifer Lawrence vuelve a ser la imagen de la nueva campaña de Dior para esta primavera/verano. Sin apenas maquillaje, la actriz vuelve a deslumbrar con su belleza y naturalidad.
Su idilio con la casa francesa de moda comenzó hace ya un tiempo y está sellada por un pacto de 20 millones de euros hasta el 2015. Unas cifras desorbitantes que para la firma Jennifer los vale.
Jennifer está viviendo uno de sus mejores momentos. Una carrera profesional imparable que la llevó el año pasado a alzarse con su primer Oscar gracias a su actuación en la película «El lado bueno de las cosas». Este domingo, Jennifer podría hacerse con su segunda estatuilla si logra convencer al jurado con su papel en «La Gran estafa americana».
Días antes de pasearse por la alfombra roja que la llevará a oír su nombre como nominada, Jennifer nos sorprende con esta nueva campaña donde se la ve muy al natural.
Cansada de sus numerosos incidentes
La actriz ha sufrido en su corta carrera numerosas anecdotas que van desde tropiezos a perdida de vestido y zapatos. Una de las más sonadas fue su tropiezo justo cuando subia a recoger su Oscar por «El lado bueno de las cosas». Jennifer se tomó la caída como una anécdota graciosa y le resto importancia.
También bastante sonado fue la rotura de su vestido cuando subía también a recoger su premio. Su pacto con Dior le está acarreando algún que otro problemilla y es que Jennifer ya está acostumbrada a sufrir percances en las alfombras rojas.
Una de sus últimas apariciones fue en los Globos de Oro en el que su vestido «sábana» (como miles de tuiteros lo calificaban) acarreó bromas y burlas en toda la red.
Jennifer se ha cansado de esto y espera que la gala de este domingo transcurra de forma tranquila y deslumbre a todos con su vestido: «¿Emocionada? Estoy intentando volver a recordar lo que es sentir emoción con las pruebas de vestidos. He tenido una prueba en Atlanta y creo que tendré la prueba final el mismo día de la ceremonia. Así que espero que me quede bien», contaba a la web Deadline.
Esperaremos hasta el domingo para ver si Jennifer se hace con su segunda estatuilla y si consigue pasar una gala tranquila alejada de las anécdotas.