El atleta surafricano Oscar Pistorius se ha declarado «no culpable» del asesinato de su novia Reeva Steenkamp hace un año, en la apertura este lunes del juicio, en la que una testigo ha asegurado que escuchó «gritos espeluznantes» de mujer seguidos de disparos el día de los hechos.
Michelle Burger, que vive cerca del lugar del crimen, subió al estrado después de que el atleta olímpico y paralímpico, que se enfrenta a una posible pena de 25 años de cárcel, se declarase no culpable de matar a su novia el día de San Valentín el año pasado y testificara que se despertó en mitad de la noche al escuchar a una mujer pidiendo ayuda.
«Aún estaba sentada en la cama cuando escuché sus gritos», dijo Burger al tribunal de Pretoria, hablando en 'afrikáans' con la ayuda de un intérprete. «Gritó terriblemente y gritó en busca de ayuda. Luego también escuché a un hombre gritando ayuda. Tres veces pidió ayuda«, aseguró.
Pensando que se trataba de un allanamiento con violencia -una posibilidad en una Suráfrica con creciente inseguridad-, Burger explicó que su marido llamó a la compañía de seguridad privada que vigila su urbanización de clase alta al este de Pretoria, antes de que la pareja escuchara más gritos.
«Volví a escuchar los gritos. Eran peores. Eran más intensos. Ella estaba muy asustada. Justo después de sus gritos, escuché cuatro disparos. Cuatro disparos. Bang … bang, bang, bang. Fue muy traumático para mí. Podía escuchar que eran gritos espeluznantes», dijo Burger al tribunal, mientras su voz se rompía por la emoción.
El atleta, al que amputaron ambas piernas con 11 meses al haber nacido sin peronés pero que llegó a las semifinales de 400 metros en los Juegos Olímpicos de 2012 corriendo con prótesis de carbono, dice que la muerte de Steenkamp fue un trágico accidente, ya que la confundió con un intruso escondiéndose en el baño.
Los fiscales, que creen que esta tesis «no es verosímil y debe ser rechazada», buscan demostrar que Pistorius disparó cuatro veces con una pistola de nueve milímetros a través de la puerta del baño en un intento deliberado de matar a la persona que estaba en esa habitación. Steenkamp recibió tres disparos: en la cabeza, en un brazo y en la cadera. Si los fiscales convencen a la jueza de la intención de asesinato, el atleta podría recibir una condena de prisión perpetua o un mínimo de 25 años en la cárcel.