domingo, noviembre 24, 2024
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«Nadie me podrá enseñar a vivir sin él»

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La muerte de Tito Vilanova con tan solo 45 años ha sido un golpe muy duro para el F.C Barcelona, pero aún más para su familia. Casado desde 1992, el gran amor de su vida era su esposa Montse Chaure, se conocieron muy jóvenes y desde el primer momento supieron que estaban hechos el uno para el otro.

Fruto de su matrimonio nacieron sus hijos Carlota, de 20 años, y Adrià, de 17, jugador en el Juvenil B del Barcelona. Ayer muy emocionados recordaron a su padre en el funeral organizado en la Catedral de Barcelona. Las palabras de Carlota recordaron la figura de su padre: «De todas las cosas que me ha enseñado mi padre una es que la vida es demasiado corta para ser infelices. Nadie me podrá enseñar a vivir sin él. Mi padre está vivo dentro de mí y estará vivo para siempre». Adrià entre lagrimas pronunció: «Siempre has sido mi ejemplo y lucharé hasta el final con seny pit i collons. Descansa en paz, padre».

Una despedida para la que Tito quiso preparase. El sábado hubo un funeral en su memoria más íntimo que el celebrado ayer, y al que solo asistieron 20 personas que él había dejado apuntadas en una lista. Tito también quiso hacer una última cosa por Montse, conociendo que se encontraba en los últimos momentos de su enfermedad, el ex entrenador saco fuerzas y le pidió a su amigo Ángel Fernández que le comprase un reloj para regalárselo a su mujer, como así desveló Clara Lago en Sálvame. 

Este regalo debía convertirse en un lazo de unión tanto para Tito como para Montse. Su último deseo fue este, que ese reloj fuese el símbolo que le recordase a Montse que a pesar del paso del tiempo su amor hacia ella sería eterno.

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