Sergio Ramos está en racha, no hay duda de que su vida atraviesa por el mejor momento y no duda en expresar su desbordante felicidad. En unas semanas será padre de su primer hijo, pero además su profesión va viento en popa. El Real Madrid atraviesa una etapa brillante y parte de la culpa la tiene el sevillano.
Tras nombrarse campeones de Copa del Rey, los blancos siguen luchando por la liga y disputarán la final de la Champions, en Lisboa, contra uno de sus eternos rivales, el Atlético de Madrid. Toda la plantilla está radiante, pero en especial Sergio Ramos. El de Camas no suele ser decisivo de cara al gol, pero en tan sólo una semana ha marcado cuatro goles en tres partidos. Sin duda ha sido el jugador más decisivo del conjunto merengue y de ahí su alegría, pues él siempre ha declarado que a pesar de ser central siempre le ha gustado subir a rematar.
Además la mayoría de los goles los ha marcado de su forma preferida, de cabeza. Por eso Ramos ya es considerado como el mayor peligro aéreo para sus rivales. Ante este derroche de felicidad el defensa ha querido compartir sus sentimientos junto a los que más quiere. El gol que abrió la lata se lo dedicó a su novia, Pilar Rubio, y a su futuro hijo. En este tanto, que marcó en liga contra el Osasuna, se llevó el dedo a la boca realizando el típico gesto del chupete y luego representó la tripa de la presentadora.
En el partido más importante de la temporada, contra el Bayern de Munich de Pep Guardiola, Sergio Ramos se fue a casa con el trabajo bien hecho. El pasado martes el sevillano recibió una doble alegría tras marcar dos goles en tan sólo 20 minutos, dos goles que brindaron a su equipo el pase a la final. Tras el partido, Ramos confesó ante un periodista de TVE que sus goles iban dedicados esta vez a otras dos personas importantes en su vida: «Antes de que me pregunten, quiero dedicarle el gol a mi amigo Mundi. Y otro a mi padre».
Pero aquí no acaba la cosa, no contento con eso, Sergio Ramos volvió a encajar otro gol en la noche del domingo. Seguramente ni él se imaginaba que marcaría tantas salvaciones a su equipo, pero ya que lo volvió a hacer aprovechó para mandar otra dedicatoria, esta vez a su madre, Paqui, en el día de todas las madres. Su gol contra el Valencia no pudo concederle la victoria a su equipo esta vez, pero sí, al menos, un empate. Después de haber felicitado a su madre por Twitter, que mejor que regalarle un gol, y así lo hizo. Esta vez besándose el tatuaje con su nombre que lleva en la mano: Este gol tiene un nombre: Paqui (mi madre). Un punto más que nos sigue manteniendo aspirantes al título. Hala Madrid.
No os queda duda de que Sergio Ramos está en racha y de que su suerte y felicidad abundan, además este bienestar que atraviesa se incrementará aún más cuando llegue su primer hijo, que se espera para este mes de mayo.