Las grandes entregas de premios y, por tanto, las alfombras rojas, comenzaron en la noche de este domingo 8 de enero su temporada oficial. Los Globos de Oro, en los que la Asociación de la Prensa Extranjera de Hollywood rinde homenaje a lo mejor del año del cine y de la televisión, se saldaron con numerosos estilismos en los que predominaron los tonos pastel y los metalizados, gracias, en parte, a la estrella de la noche; Emma Stone brilló con luz propia con un Valentino Couture en rosa pastel con efecto degradado y pedrería, con el que se subió a recoger su galardón a mejor actriz de comedia o musical.
Blake Lively era una de las más esperadas de la noche, y no defraudó. La actriz estaba espectacular y muy elegante con un vestido de terciopelo negro 'cut out' con detalles dorados que firmaba Atelier Versace y que era el equilibrio entre la sensualidad y la sofisticación. La intérprete rivalizó en estilo con Amy Adams, que derrochó glamour con un modelo negro cuajado de lentejuelas de Tom Ford, y Michelle Williams, que confió una vez más en Louis Vuitton con un vestido con hombros al descubierto, con el que no acertó nada en absoluto.
En la línea 'soft' de Emma Stone también estuvieron Lily Collins, que se atrevió con un Zuhair Murad con tul, Felicity Jones, que escogió el rosa para su Gucci con detalles plateados en cuerpo y falda, Zoe Saldana, con un modelo con volantes y escote de pico y Claire Foy que presumió de moda británica fuera de sus fronteras con un vestido de paillettes de Erdem y un cinturón para resaltar la figura. Otra que ha recuperado las dosis de estilo que en otras ocasiones había demostrado haber perdido es Drew Barrymore, impresionante con su delicado Monique Lhuillier.
El tono metálico ha sido otro de los triunfadores de la noche y lo llevaron como mucho estilo por la alfombra roja Naomi Campbell con un impresionante Versace con acabado morado, Sarah Paulson, muy recatada con un modelo en manga larga, Tracee Ellis Ross con un palabra de honor de largo midi, Naomie Harris de un Armani Privé tubular, Millie Bobby Brown con una creación palabra de honor de Jenny Packham y zapatos de Sophia Webster y Nicole Kidman que no acertó con su McQueen con hombros al descubierto y manga larga que recordaba al Monique Lhullier de Drew Barrymore, pero éste mucho más sofisticado.
Sarah Jessica Parker dio la nota con un vestido 'wedding style' que no le favorecía nada y que estaba firmado por Vera Wang, una de sus diseñadoras favoritas. Natalie Portman, por su parte, ocultó su barriga de embarazada tras un elegante patrón de Prada vintage en amarillo con detalles plateados. En amarillo también tiñó los vestidos de Reese Witherspoon, que presumió de piernas con un modelo de Atelier Versace con abertura a lo Angelina, Emily Ratajkowski que optó por un Reem Acra, Maisie Williams con un vestido sin mangas y con cola y Kerry Washington con un Dolce & Gabbana Couture de largo midi.
Ana P. Cabrero