En España se cierra un convento de clausura al mes debido, fundamentalmente, a la avanzada edad de las religiosas y a las dificultades económicas. La falta de vocaciones jóvenes y la ausencia de ingresos precipitan los cierres y obligan a algunas comunidades a pedir ayuda a los bancos de alimentos, según un informe elaborado por la revista Vida Nueva.
Así, la precaria situación de los ochocientos monasterios que hay en España hace que dos tercios de ellos tengan un futuro incierto.
No obstante, ante estos datos, surgen ejemplos como el del monasterio de La Aguilera (Aranda de Duero, Burgos), perteneciente al instituto Iesu Communio, que cuenta con más de doscientas monjas jóvenes.
Para el sacerdote claretiano Eleuterio López, director de Claune, instituto pontificio dedicado a solventar las carencias materiales y formativas de los conventos españoles, «la situación de muchos conventos femeninos es muy alarmante y preocupante». «Hay falta de vocaciones y se están suprimiendo muchas comunidades. Por lo menos más de una al mes en España», alerta.
Con motivo de la Jornada de la Vida Consagrada, que la Iglesia católica celebra el próximo 2 de febrero, la revista Vida Nueva ha elaborado un informe que revela que dos tercios de los ochocientos monasterios existentes en España (3.000 en el mundo) «estarían en situación de ser cerrados a no mucho tardar».
El motivo, según la citada revista, es que las donaciones han bajado y los trabajos que hacían tradicionalmente las monjas -como la repostería- ya no son suficientes para cubrir costes, rehabilitar los históricos monasterios y hacer frente a las cuotas de la Seguridad Social.
«De hecho, hay conventos que no llegan a ni a los cien euros brutos al mes de ingresos y se han visto obligados a recurrir a los bancos de alimentos para poder comer», se asegura en la publicación. Y «no se trata de un caso excepcional», explica el padre Eleuterio, cuya organización destino en 2016 medio millón de euros para auxiliar a cincuenta comunidades en dificultades.
Un ejemplo de este «invierno vocacional» es el monasterio de las monjas capuchinas de la localidad gaditana de San Fernando, del que en los últimos días ha tenido que marcharse las cuatro últimas religiosas, todas ellas octogenarias.
Pero, junto a esta crisis, «España también asiste a un florecimiento de nuevas comunidades contemplativas que han visto llenar los claustros de los conventos de savia joven», dice la revista.
Es el caso de las más de doscientas religiosas que pertenecen al instituto Iesu Communio -con conventos en Lerma y La Aguilera (Burgos)- o las Carmelitas Samaritanas del Sagrado Corazón -presentes en Valladolid y Valdediós (Asturias)-.