Apenas dos semanas después de haber recibido de manos del Rey Felipe VI el Premio Nacional de Cultura, en la categoría de Tauromaquia, Victorino Martín ha fallecido este martes en su finca de Monteviejo, a los 88 años de edad, según ha anunciado su familia en un comunicado. El ganadero sufrió el pasado domingo un accidente cerebrovascular del que no ha podido recuperarse.
El óbito se produjo a las 15:00 horas «rodeado de sus seres queridos», y éstos mismos han comunicado que la misa funeral se celebrará este miércoles a las 17:00 horas en la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción en Galapagar, donde recibirá sepultura el hombre que convirtió a sus reses en «santo y seña» de los aficionados más exigentes o también de los considerados toristas.
Como declaraba el jurado que le entregó ese último premio, «su nombre ha quedado asociado a valores como la emoción, la bravura o la protección del valiosísimo patrimonio ecológico que encierra la Tauromaquia». Victorino era para la mayoría el único criador de toros bravos y ha sido el único representante del mundo taurino que también ha ganado la Medalla de Oro de las Bellas Artes (2014).
Era el único ganadero a cuyo reclamo se llenaban las plazas en los gloriosos 80 y 90 para su divisa; el único que cuenta con un toro indultado en la Maestranza -Cobradiezmos (2016)- y otro en la Monumental de las Ventas -Velador (1982)-; el único que cuenta con un azulejo en la Puerta Grande de la plaza de toros de Madrid; el primero que atravesó a hombros el arco de la gloria del coso más importante del universo táurico allá por 1976…
Grandes logros
En total, contaba con 17 toros premiados con la vuelta al ruedo en el arrastre sobre la arena venteña y un palmarés, como rezan todos sus galardones, 'inigualable', sobre todo desde que compró los albaserradas de Escudero Calvo en 1960 hasta convertirlos en toros de leyenda. Tan grande como la suya propia.
Nacido en Galapagar en 1929, Victorino heredó un minifundio en la sierra de Madrid, las propiedades del abuelo Venancio. A su padre lo asesinaron en el 36 en Paracuellos. Él decidió pasar de criador de ganado de carne y lechero, tratante, carnicero y moruchero a imprescindible ganadero de toros bravos en la Historia del toreo. Primero con la bravura en la finca de los Hernández y el encaste Vega-Villar, empezó llevando sus toros por los pueblos serranos de Madrid (Moralzarzal, Las Rozas, Galapagar…) y concluye con la génesis de Victorino como marca registrada.
El año 68 fue clave con su debut con una corrida de toros en Las Ventas. Pura dinamita y pura adrenalina. Y desde ahí la forja de su mítica historia, que tuvo su momento más recordado con la mítica 'Corrida del Siglo' del 1 de junio de 1982, en la que Ruiz Miguel, Luis Francisco Esplá y Palomar rindieron Madrid con sus victorinos, saliendo a hombros por la Puerta Grande tanto él como los tres diestros.
M. A.