viernes, noviembre 22, 2024
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Antonio Banderas, un empresario de suerte desigual

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Ha pasado con éxito por la industria de la cosmética (tiene su propia marca de perfume, «Diavolo») y también de ropa (la línea de hombre de otoño-invierno para Selected Home). De hecho, estudió diseño en 2016, a la vez que su hija Stella del Carmen, en la prestigiosa escuela londinense Central Saint Martins.

En 2001 cerró un acuerdo con hosteleros malagueños para desarrollar la cadena de restaurantes La posada de Antonio, una propuesta que mezclaba el concepto de comida rápida con el de cocina tradicional, pero no salió bien: las pérdidas le obligaron a abandonar.

En 2002 abordó, junto con la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE) y el fallecido empresario teatral Luis Ramírez, su primer intento para construir un gran espacio escénico, en este caso en Madrid, en un lugar declarado bien de interés cultural, la estación Príncipe Pío. Tampoco salió bien: la aventura, recuerda con una mueca, le hizo perder un millón de dólares.

En 2005 se implicó en la construcción de un centro de ocio en Lucena (Córdoba), a través de su empresa Henorme, montada en 1999 para compraventa de terrenos. Pero sus inversiones inmobiliarias las realiza a través de una empresa más grande, Glasmore Investments, que dirige su hermano Javier.

También con su hermano puso en marcha en 2010 un equipo de Moto2, la escudería «Jack&Jones», que solo duró un año en competición, y una discoteca, Kaleido (Benalmádena), pero también fracasó.

De aquella época es la productora Green Moon (2003), un proyecto de cine dedicado a empeñarse (nunca mejor dicho) en sacar adelante proyectos independientes como «El camino de los ingleses» (2006) o «Autómata» (2014), y a medias con Kandor Graphics, las cintas de animación «El lince perdido» (2008), «La dama y la muerte» (2009) y «Justin y la espada del valor» (2013).

Entró en 2009 en la producción de vino en la DO Ribera del Duero con las Bodegas ANTA Banderas, y desde 2017 es socio principal de Vibuk, una red social creada para poner en contacto actores, productores y directores. Y, de nuevo con su hermano, una empresa de compraventa y alquiler de aeronaves.

Creó la famosa Fundación Lágrimas y favores con el objeto de «darle un carácter práctico a la labor de las cofradías» malagueñas, a la que destina los beneficios de su gala benéfica anual Starlite de Marbella, y acaba de crear la Fundación Teatral Antonio Banderas para ayudar a sostener el Soho.

Pero Banderas, que va a trabajar gratis en el teatro del Soho, «afortunadamente» tiene «otras entradas de fondos».

Ahora, aparte del inminente estreno de «Dolor y gloria», donde Pedro Almodóvar le recupera como protagonista, el actor tiene pendiente de estreno otras cuatro películas y tres proyectos más en el horizonte, uno de ellos, una serie para la televisión americana, «Havana Quartet», donde dará vida al detective Mario Conde. 

EFE

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