Lo alarmante es que este sesgo empieza en la escuela: con 15 años sólo el 4,2 por ciento de las adolescentes quiere dedicarse a alguna de las áreas STEM: ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas.
Según un estudio de la Universidad Camilo José Cela (UCJC) basado en los datos del informe PISA 2015, desde pequeñas, las niñas sienten la presión social de la cultura machista y necesitan más autoconfianza para sentir que dominan las asignaturas de ciencias.
Según un estudio publicado en Science en 2018, hasta los 6 años las niñas se ven iguales que nos niños pero a partir de esa edad empiezan a asociar brillantez con masculinidad, en la adolescencia su ansiedad aumenta, y para cuando llegan a la Universidad la falta de autoconfianza es un hecho.
Para las que finalmente eligen dedicarse a la ciencia, ya sea en investigación o en docencia, el mundo laboral no es ni mucho menos fácil: es una carrera de obstáculos «en la que las mujeres tienen menos oportunidades», advierte la directora del Centro Nacional de Investigaciones Científicas (CNIO), María Blasco.
«Hay estudios que muestran que para un puesto de trabajo que requiere experiencia en disciplinas STEM hay muchas más probabilidades de que, en igualdad de méritos, se contrate a un varón», explica a Efe la doctora en Bioquímica Ángela Nieto, una de las científicas más premiadas de España y más implicada con la lucha por la igualdad.
A esto hay que sumar la presión añadida que sienten las mujeres «que ven cómo la calidad de su trabajo, y más aún su competencia para desarrollarlo, está más sometida a escrutinio que las de sus colegas varones» y todo ello sin olvidar que el momento de promoción en la carrera profesional de una mujer suele coincidir con su etapa como madre. «Esto sí que es presión», subraya Nieto.
El resultado es una brecha vertical evidente: en España sólo hay un 18 por ciento de mujeres al frente de centros de investigación, y solo una, Rosa Menéndez -presidenta del Consejo Superior de Investigaciones Científicas-, dirige un Organismo Público de Investigación.
La situación se replica en la docencia: al frente de las 50 Universidades Públicas solo hay ocho rectoras, según la última encuesta bianual de igualdad del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades.
Para revertir esta situación, en 2015 la ONU proclamó el 11 de febrero como el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, una iniciativa que insta a los países a promover la igualdad, fomentar las vocaciones científicas en las niñas y dar visibilidad a las mujeres en la ciencia.
«Celebrar la iniciativa es muy importante por muchas razones. La primera es constatar la menor participación de la mujer en ciencia y particularmente en las disciplinas STEM», asegura Nieto.
Pero, además, «parece evidente que las niñas (y la sociedad en general) necesitan más referentes. Necesitan conocer el trabajo, los logros y los éxitos de las mujeres científicas, muchas veces invisibilizadas», lamenta Nieto.
«El 11 de febrero es un día para promover vocaciones científicas en las niñas pero también para congratularnos por los logros conseguidos por las mujeres en ciencia. Ojalá llegue un día en que esto no haga falta porque sea lo natural», comenta la científica.
Para este año, la iniciativa 11 de Febrero, que celebra su tercera edición, tiene previstas más de 2.200 actividades que se desarrollarán hasta el 15 de este mes en unos 800 centros educativos, a los que se han sumado numerosos centros de investigación, universidades, museos, centros culturales, empresas tecnológicas, bibliotecas e incluso bares.
La mayor parte de las iniciativas estarán impartidas por mujeres que hablarán de su experiencia personal y servirán de referente a las niñas, pero la oferta es variada.
Desde el programa L’Oréal-UNESCO For Women in Science, la empresa de cosmética ha organizado un taller con empleadas que han estudiado STEM y que enseñarán a las niñas a fabricar su propio producto cosmético capilar, mientras que la Fundación Telefónica y el Ministerio de Industria Comercio y Turismo han organizado un encuentro para 80 niñas con diez referentes femeninos de la Inteligencia Artificial, la robótica y el Big Data.
El Instituto de Ciencias Matemáticas, por su parte, dedicará su taller interactivo a las mujeres premiadas pero sobre todo a todas las que injustamente fueron olvidadas por el Premio Nobel (599 premiados frente a 17 mujeres), mientras que el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) ha lanzado su propia campaña divulgativa en las redes.
Elena Camacho