jueves, noviembre 21, 2024
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Los Obama cumplen y vuelven a disfrutar de Andalucía

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La que fuera primera dama estadounidense quedó prendada de esta tierra hace casi nueve años, cuando visitó -junto a su hija Sasha y unos amigos- la Costa del Sol, Granada y la monumental ciudad de Ronda, donde confesó al guía turístico que los acompañó que retornaría a este rincón del Sur de Europa. Y así ha sido.

Aunque ha sido una visita fugaz -unas tres horas- y en la que apenas se han dejado ver, la han aprovechado todo lo posible.

Llegaban poco antes de las 16.00 horas en un avión a una aislada zona de la segunda pista del Aeropuerto de Málaga-Costa del Sol entre grandes medidas de seguridad y mientras Barack Obama se dirigía en un convoy de vehículos hacia Marbella a cumplir con su misión, el resto se encaminaba hacia la capital malagueña.

Dos comitivas en sentido contrario y con objetivos bien diferentes hacia sendos exclusivos hoteles cinco estrellas, él hacia el Puente Romano y los demás hacia el Miramar.

Barack Obama ha tenido un desplazamiento más largo en vehículo, pero el de Michelle Obama y sus hijas ha sido corto, han recorrido de forma rápida y entre un amplio dispositivo policial los paseos marítimos de Málaga que las conducían hasta llegar al distinguido establecimiento hotelero.

El Gran Hotel Miramar, que ocupa el bello palacio del mismo nombre (13.000 metros, 9.000 de ellos ajardinados) que desde 1926 fue establecimiento hotelero, hospital durante la Guerra Civil y más tarde Palacio de Justicia hasta que se reabrió como lo que es hace dos años y medio en pleno auge cultural de la Málaga de los museos.

Ellas han ocupado una de sus privilegiadas estancias dotada de una amplia terraza con vistas al Mediterráneo, han tomado el sol en traje de baño en unas hamacas con la playa de La Malagueta de fondo y han aprovechado alguna lectura. Todo ha sido breve, pero en un fenomenal marco que les ha hecho disfrutar.

Pero llegó la hora de marchar, vuelta coordinada de las comitivas hacia un aeropuerto, por el que hoy -como cada día- transitan una inmensidad de pasajeros llegados de múltiples lugares de origen que entran a España, Andalucía y a Málaga y la Costa del Sol.

Cuando Michelle Obama estuvo en el 2010 de vacaciones en Andalucía mientras su esposo era presidente de Estados Unidos, la visita tuvo una gran repercusión mediática, lo que se tradujo en una amplia promoción turística en plena crisis económica. Dijeron que volverían y volvieron.

 

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