Así lo ha explicado el escritor y amigo personal de Cabrera Fernando Delgado, quien ha subrayado que la familia y los amigos del poeta se encuentran muy afectados.
Notablemente apenado, Delgado ha explicado que la salud de Cabrera estaba muy debilitada en las últimas semanas, lo que obligó a suspender el homenaje al poeta que estaba previsto para el 22 de junio con motivo de la publicación del libro «Luz a ti debida. Libro homenaje a Antonio Cabrera».
En ese libro, Delgado describe a Cabrera como «un poeta consciente de la función de la poesía y sus capacidades más allá de las clasificaciones espurias. Y no habrá que remitirse a Lucrecio para desmentir esa sospecha; ni a Juan Ramón, Octavio Paz o Valente».
Toda la obra de Cabrera es, según describe Delgado en el libro homenaje, «una hermosísima y lograda expresión de la idea de que la esencia poética del pensar guarda el reino de la verdad del ser», como decía Heidegger.
Antonio Cabrera nació en Medina Sidonia (Cádiz) en 1958 y desempeñó parte de su actividad docente en el Instituto de Educación Secundaria Camp de Morvedre en Sagunto (Valencia) tras trasladarse a vivir a la localidad castellonense de La Vall d’Uixò.
Apasionado de las aves, reflejaba en sus poemas cosas «aparentemente intrascendentes», pero «descubrías en su trasfondo todo lo contrario: la vida en su esencia».
El 1 de mayo de 2017 la vida de Cabrera cambió radicalmente tras sufrir un accidente «tonto», según relata a EFE una amiga de la familia, mientras jugaba a la pelota con los hijos de otros amigos poetas con quien se había reunido para comer en la localidad valenciana de Serra.
Ese accidente le dañó la médula espinal y recibió tratamiento en el Hospital Nacional de Tetrapléjicos en Toledo, aunque quedó postrado en una cama, pese a lo cual, señalan las mismas fuentes, «daba ganas de vivir» a quienes le conocían.
Cesó entonces su actividad como docente y trasladó su domicilio a la ciudad de Valencia, a una casa adaptada a su situación física, pero la complicación de una infección ha sido la desencadenante de su fallecimiento.
Recordado por sus conocidos como un «buen hombre, sencillo y cercano» y como un poeta de una «calidad impresionante», sus familiares y amigos están profundamente afectados por su muerte.
Cabrera ganó el Premio Nacional de la Crítica en 2001 con «En la estación perpetua». En 2005 publicó «Con el aire», que recibió el Premi de la Crítica Valenciana, y en 2010 publicó «Piedras al agua».
En 2007 vio la luz «Corteza de abedul», con el que ganó el Premi de la Crítica Valenciana por segunda vez y, además de colaboraciones periodísticas, en 2008 publicó «El minuto y el año», que recoge textos sobre acciones cotidianas y paisajes familiares con los que invita a pensar sobre nuestra presencia en el mundo, según ha publicado este martes el Consell Valencià de Cultura.
Para la poesía en castellano, según este órgano consultivo de la Generalitat, Cabrera es «de una importancia capital, que no dudamos será valorada en toda su magnitud con el paso del tiempo, y que nos hace plantear, una vez más, la distancia que hay entre una obra valiosa y el reconocimiento público».
El president de la Generalitat, Ximo Puig, ha expresado también sus condolencias a través de Twitter: «‘Si estamos aquí, en la vida, es para que se note’, dijo el poeta Antonio Cabrera. Notamos su vida, notaremos su ausencia y su obra nos acompañará siempre. Descanse en paz».
Fernando Delgado ha indicado que la familia todavía no ha decidido el destino de sus cenizas, ya que en su pueblo natal han manifestado la voluntad de que sean trasladadas allí, donde recientemente se ha inaugurado una biblioteca con su nombre.
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