A las 14.30 horas el candidato se presentará ante los 71 miembros de la comisión de Exteriores del Parlamento Europeo y a una veintena de miembros de las comisiones de Derechos Humanos y de Seguridad y Defensa, que han sido invitados a participar en el «hearing».
El examen comenzará con una alocución de 15 minutos del candidato en la que se espera que defienda su candidatura y plantee a grandes rasgos su proyecto para una acción exterior de la UE más decidida y proactiva.
A continuación, en bloques de 5 minutos, deberá responder a 25 preguntas de los diputados, que tendrán la oportunidad de repreguntar para ser «más incisivos y concretos», explica uno de los miembros del equipo de apoyo a Borrell.
Hasta ahora, las preguntas eran 45 y sin posibilidad de repreguntar, por lo que muchos candidatos «se escapaban con muchas vaguedades; eso ya no vale, ahora los tienen mucho más agarrados, hay que tener respuestas para todo», señala.
Y no se esperan preguntas fáciles.
«Todo el mundo va a ser duro», vaticinan las fuentes, que recuerdan que en un Parlamento con un 62 por ciento de miembros nuevos «hay mucha gente queriendo hacerse un nombre y mucho partido nuevo con ganas de notoriedad y de hacer sangre».
Ante un Parlamento tan fragmentado se hace «complicado» lograr el apoyo de 2/3 de los diputados y más cuando ni siquiera está garantizado el apoyo de los eurodiputados españoles ya que, por tratarse de fechas preelectorales, «los ánimos de todos están encendidos».
Prueba del abanico ideológico al que Borrell deberá convencer de su idoneidad es el hecho de que en la comisión están desde Hermann Tertsch, de Vox, hasta Idoia Villanueva, de Podemos, e incluso Diana Riba, eurodiputada electa de ERC y esposa del ex conseller Raül Romeva, encarcelado en Lledoners por su participación en el procés.
Otro reto son los temas que se abordarán: «Cabe el mundo entero, político, económico y privado. Todo», explica otro miembro del equipo de Borrell, impresionado por la «capacidad de trabajo, la meticulosidad y la intensidad» con que el candidato está preparando su intervención para evitar quedarse sin respuestas o perder los nervios.
Prueba de ello es el hecho de que, mientras que los demás candidatos presentan un currículum de una o dos páginas, el todavía ministro ha presentado más de 20.
Y con todo lujo de detalles, incluido el recuerdo de un trabajo escolar sobre las posibilidades de entrada de España en el Mercado Común Europeo con el que obtuvo una beca de estudios a los 17 años.
También ha dado cuenta detallada de su patrimonio: cuatro pisos en España y uno en Bruselas, así como una parcela, un almacén y 496.333 euros en acciones, fondos de pensiones y fondos de inversión.
De hecho, sus inversiones en Bayer, Iberdrola y el BBVA, pusieron en alerta a la comisión de Justicia, responsable de un primer examen de los candidatos, y que inicialmente consideró que podrían ser incompatibles con la actividad que desarrollará como miembro de la Comisión Europea, aunque finalmente dio el visto bueno.
No será tan fácil despejar las dudas sobre su venta de acciones de Abengoa cuando era consejero de la compañía y, por lo tanto, disponía de información privilegiada, o por su dimisión como presidente del Instituto Universitario Europeo en 2012.
«Hay una campaña gigante contra él y están intentando hacer mucho ruido con este tema», apuntan miembros de su equipo, quienes no obstante se muestran convencidos de que Borrell saldrá airoso y responderá con «claridad y contundencia».
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