Tanto el viernes como el sábado pasados, impactó con su coche en unos molestos socavones, con consecuencias que no son del agrado de nadie y, por ende, de él tampoco.
«He roto el coche y tomé la iniciativa de poner plantas para que el Ayuntamiento de O Porriño meta mano en esto, porque no es uno ni dos ni tres; tenemos siete parroquias -división administrativa- me parece que en Pontellas, y creo que en todas ellas tenemos agujeros», denuncia en una conversación con EFE José Cancelas, pues así se llama en realidad el vecino al que con una fina ironía han bautizado como «el chatarrero justiciero».
Los quince minutos de fama de los que, según Warhol, todos disfrutaremos algún día, se le han multiplicado desde entonces a José Cancelas, cuya iniciativa ha ido tomando tanto vuelo en los últimos días en las redes sociales que ha tenido que ir aprendiendo a contrarreloj cómo manejarse con ellas, circunstancia que le está restando mucho tiempo para dedicarse a su negocio, que no en vano es el de la chatarra.
Pero para José, que carga con un teléfono móvil digno del más entusiasta ‘community manager’, hay prioridades: «Voy a seguir hasta que se arregle el asunto, haré lo que haya que hacer», afirma con contundencia y con el deseo de que se dé pronta respuesta a esta vieja demanda del pueblo.
«Esta (y señala una vía) es una carretera bastante transitada porque pasan los peregrinos. Aquí al lado tenemos la pista de las avionetas y los coches tienen que pasar por los bordillos y esquivar. Llevo todo el día plantando plantas», explica con todo detalle junto a un agujero del tamaño de una sandía donde acaba de colocar un geranio.
Asegura que de la Alcaldía de momento no tiene noticias, por lo que se va quedando sin plantas de tanto agujero que tapa, pero no le preocupa porque «la gente se está portando bien, está donando plantas».
Los conductores que circulan por estas floridas carreteras esquivan las plantas con naturalidad y una sonrisa, solidarios con una reivindicación que también es la suya.
«Me piden en muchos sitios. Me dicen: mira, me hacen falta unas plantitas aquí.
«O sea, que ya me tienen como el jardinero», bromea, sin perder el humor pese al calvario que dicen estar pasando, el ‘chatarrero justiciero’.