Su viuda, Ana Iríbar, promotora de la muestra junto a la fundación que lleva el nombre de su esposo, ha hecho hoy las funciones de guía para el grupo de personalidades que ha inaugurado la exposición «Gregorio Ordóñez. La vida posible», entre quienes se encontraban el presidente del PP, Pablo Casado; la portavoz parlamentaria del Partido Popular, Cayetana Álvarez de Toledo; el expresidente del Gobierno José María Aznar; su esposa y exalcaldesa de Madrid, Ana Botella; el lehendakari Iñigo Urkullu; y el alcalde de San Sebastián, Eneko Goia.
La presidenta del Parlamento Vasco, Bakartxo Tejeria, el delegado del Gobierno en Euskadi, Jesús Loza, el político francés Manuel Valls, y el obispo de San Sebastián, José Ignacio Munilla, han sido otras de las autoridades que han arropado a Iríbar y a su hijo, Javier, en la inauguración de la muestra, a la que también han acudido antiguos compañeros y amigos de «Goyo» y la plana mayor del PP vasco, encabezada por su presidente, Alfonso Alonso.
Varios centenares de fotografías, portadas de periódicos, carteles y objetos personales de Ordóñez conforman la exposición, si bien ninguna resume la figura del político popular tan claramente como el maletín de trabajo y los objetos que en él llevaba cuando fue asesinado: un ya desfasado teléfono móvil, un cómic de la tamborrada de San Sebastián para su hijo, su agenda de trabajo y su cartera con una foto familiar.
Estos efectos comparten vitrina con una bala que recuerda al visitante su asesinato a manos de un pistolero, el 23 de enero de 1995 en el bar La Cepa de San Sebastián, y que, según ha recordado Ana Iríbar, es uno de los proyectiles que cada lunes Gregorio encontraba de forma reiterada en su casillero del Ayuntamiento de San Sebastián y que, con su humor característico, había regalado a un amigo uno de aquellos días.
Un episodio más de su biografía que, como ha explicado la comisaria de la exposición, María Jiménez, se concentra ahora en tres salas del Palacio de Miramar que describen su manera de ser, su carácter y su manera de enfrentarse a la vida, siempre ligada a su forma de hacer política y a su proyecto.
La primera de estas estancias configura un relato mediante imágenes, audiovisuales, portadas de periódicos y objetos, como su maletín de trabajo, del atentado que, con sólo 36 años, le arrebató la vida.
La segunda sala, en la que destaca el cartel con la imagen de un jovencísimo Ordóñez en el monte Igueldo creado de forma casi artesanal para sus primeras elecciones en las que participó como miembro de Alianza Popular, desglosa su andadura política tanto en el Ayuntamiento de San Sebastián como en el Parlamento Vasco.
La tercera dependencia, llena de fotografías, carnés de distintas asociaciones y hasta un catecismo, describe su lado más personal, desde sus orígenes en Venezuela hasta su vida cotidiana en San Sebastián.
Casi 300 objetos, imágenes y artículos de los más variado que no sólo cuentan la historia de Gregorio, sino que evocan también lo que, como describe Jiménez, podría haber ocurrido si su carrera no se hubiera visto frustrada «en el mejor momento de su vida».
La exposición consigue así, en palabras de su diseñador, Enrique Bonet, transmitir «un mensaje optimista partiendo de una tragedia», a lo largo de un recorrido de «luces y sombras» por las tres salas, cada una inspirada en los artistas Ibarrola, Chillida y Oteiza, respectivamente, que reflejan también la cultura vasca como parte de la «esencia» de Gregorio.
Tras presenciar la exposición, Alfonso Alonso, ha destacado la figura de Ordóñez como «amigo» y «ejemplo decisivo» que «espoleó» y «vinculó» a la sociedad a la «lucha por la libertad y contra ETA».
Igualmente, el expresidente del Gobierno y del PP José María Aznar ha reivindicado la «valentía» de Ordóñez, como modelo para afrontar los «momentos muy difíciles que vivimos» en la actualidad.
El presidente del PP, Pablo Casado, ha mantenido por su parte que «aquellos que no condenan» el asesinato de Gregorio Ordóñez «no pueden ser interlocutores políticos, ni pueden poner gobiernos, ni hacer presupuestos en comunidades cercanas como Navarra».
Carlos López