Así lo han sostenido durante una sesión ‘online’ organizada por el Círculo de Economía para reflexionar sobre las consecuencias económicas, políticas y sociales de la pandemia el mismo día que estaba previsto que comenzaran las tradicionales jornadas de este influyente ‘lobby’ empresarial, aplazadas a septiembre.
«Los test no pueden reemplazar a nuestra conducta social. Tenemos que mantener las medidas de higiene, la separación física y la limpieza de manos», ha subrayado Payá, quien ha aseverado que, si todo el mundo respetara el aislamiento y usara mascarilla, «la infección bajaría casi a cero».
«Es un gesto pequeño y cada uno tiene que asumir su responsabilidad», ha insistido el especialista, quien ha alertado de que aunque llegue la vacuna contra el coronavirus, posiblemente habrá una nueva oleada de contagios en unos años, por lo que es preciso «estar preparados».
«Tengo esperanza en que, según pasen los años, no nos olvidemos de esto porque necesitaremos mucho dinero y protección para el aislamiento de pacientes», ha resaltado.
De acuerdo con Payá, lo más probable es que en poco tiempo comiencen a emplearse medicamentos que actualmente están en desarrollo clínico y que se utilizarán para controlar la infección, por lo que «bajará la mortalidad y el impacto» en breve, pero no los contagios.
Por todo ello, ha subrayado la importancia de invertir en ciencia y medicina para evitar que el impacto de nuevas pandemias ponga en jaque la economía, tal como ha ocurrido con el coronavirus: «Si no atajamos crisis sanitarias como estas, la economía y el bien social va a estar muy dañado».
Por su parte, Soriano ha explicado que los especialistas barajan ahora la hipótesis de que la COVID-19 se transforme en un virus estacional y tenga un difusión similar a la gripe, lo que implicaría, a su juicio, adoptar nuevos hábitos higiénicos.
«No creo que tengamos que cambiar totalmente nuestra forma de vivir pero sí mejorar la higiene de manos y el mantenimiento de distancias, sobre todo cuando volvamos a tener una epidemia», ha dicho.
Soriano ha agregado que habrá que «analizar si es necesario en determinados momentos usar mascarilla»: «No de por vida, pero sí si vuelve el virus y vamos en metro o en lugares con gran acumulación de personas», ha apostillado.
Por otro lado, ha admitido que a pesar de que en hospitales de referencia para enfermedades altamente transmisibles como el Clínic estaban «preparados para actuar» frente a la pandemia, la coyuntura sanitaria ha estado a punto de desbordarlos.
«No podemos negar que la situación ha llegado a pasar por encima de nosotros porque normalmente un hospital como el Clínic atiende unos 20 o 40 ingresos diarios y durante marzo y abril el pico máximo fue de casi 100 o más ingresos cada día».
«Es una situación que uno no podía llegar a imaginar que se podría dar», ha reconocido.
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