Las integrantes de esta alianza han hecho públicas sus reticencias en las últimas horas y tras sus críticas han llegado las de la plataforma trans, «indignada», en este caso, por el contenido «transfóbico» de un documento interno del PSOE -del que dicen que han tenido constancia- que lleva el título «Argumentos contra las teorías que niegan la realidad de las mujeres».
Las críticas de las integrantes de la Alianza feminista, de la que forman parte una amplia red de organizaciones, se centran en el anteproyecto de ley contra la violencia en la infancia aprobado el martes en el Consejo de Ministros.
Señalan «graves carencias» en esta norma y denuncian que excluye la perspectiva de género, ignora las violencias sexuales especificas contra las niñas y el mayor impacto que sobre éstas tiene la violencia sexual.
También advierten de que la ley, en su artículo 46, es «lo suficientemente ambigua» como para que quepa interpretar la eliminación de las categorías deportivas diferenciadas por sexo, que son las que evitan las ventajas competitivas de los varones.
Celebran, además, el argumentario lanzado por el PSOE, pero también le piden que no lleve al Consejo de Ministros textos legislativos «contrarios a los derechos de las mujeres».
Pero esta iniciativa feminista, centrada en la defensa de los derechos de las mujeres basados en el sexo, no ha sido la única en alzar su voz este miércoles.
A su vez, la plataforma trans dice estar indignada por el contenido «transfóbico» de un supuesto documento del PSOE en el que se establece la posición política del partido con respecto a las personas trans y la legislación que les afecta.
La Federación de Colectivos Trans, Plataforma Trans mantiene que ese documento se enmarca «en la misma línea ideológica de la extrema derecha» y niega la legitimidad de las personas trans como mujeres y hombres de pleno derecho, desde la misma visión «reduccionista y genitalista defendida por la organización ultra católica Hazte Oír».
Por eso, quiere que el PSOE aclare si es veraz ese documento, pues de confirmarse como auténtico sería -a su juicio- «un hecho extremadamente grave, significando un viraje ideológico que le estaría haciendo el fundamento teórico en España a posiciones anti derechos trans, propias de la extrema derecha».
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