Esta entidad publicó un audio en el que se escucha a un agente de los Mossos d’Esquadra -según lo identifica la organización- que profiere repetidos insultos racistas a una persona, entre ellos «eres un mono» o «negro de mierda».
La propia consellera de la Presidencia, Meritxell Budó, ha asegurado sobre este episodio que hay que «depurar» las «deplorables y vergonzosas» actitudes racistas dentro del cuerpo de Mossos d’Esquadra, y ha dejado en manos de la consellería de Interior, que dirige Miquel Buch, las medidas internas a adoptar.
En un comunicado, la Sindicatura de Greuges ha anunciado que se ha dirigido al departamento de Interior, «para conocer los hechos» acaecidos, y al presidente de la Generalitat, Quim Torra, «en el marco de la Mesa de diálogo de partidos y entidades contra el racismo».
En concreto, Ribó ha preguntado a la consellería si «se incoó un expediente disciplinario» a los agentes implicados en este incidente y si en la misma resolución de la incoación de estos expedientes «se adoptó alguna de las medidas cautelares previstas en la ley».
El Síndic también quiere saber «las gestiones que se hicieron con la víctima y su familia para recoger y valorar su versión sobre la actuación policial que tuvo lugar».
Otra de las cuestiones que requiere es «si hay algún registro en que se contabilicen las denuncias que llegan al cuerpo» por actuaciones racistas.
Así como «si entre las medidas propuestas se ha incorporado el enfoque de género y racial para hacer frente a los posibles casos de violencia institucional».
Por otra parte, la entidad sin ánimo de lucro Fundación Ibn Battuta ha pedido mediante una nota de prensa «el cese inmediato del agente» que mantiene la actitud racista, pues recuerda que en el audio en cuestión se escucha al propio policía decir «soy racista, mucho».
También reclama «la suspensión provisional inmediata de los cinco mossos que lo acompañaban por un claro delito de omisión del deber de denuncia y protección».
El presidente de la organización, Mohammed Chaib, dice en un comunicado conocer personalmente al conseller Buch, a quien define como «un hombre de profundas convicciones democráticas» del que espera que actúe en consecuencia.
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